Internacionales
29/4/1999|624
Derrotar la agresión imperialista en los Balcanes con la acción de la clase obrera internacional
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1. Los Balcanes están en llamas, el mundo está en peligro: sólo la acción y la solidaridad de la clase obrera internacional puede y debe detener la barbarie imperialista.
Desde el 24 de marzo, las fuerzas de la Otan, comandadas por los Estados Unidos, llevan adelante una gigantesca operación de guerra de terror masivo contra el pueblo de Yugoslavia, mediante bombardeos incesantes en Kosovo, Serbia y Montenegro. Las inocentes víctimas civiles, los muertos, los heridos, los mutilados, los sin techo, los refugiados, ya se cuentan por cientos de miles. Pristina y Belgrado se han convertido en nuevas Guernicas.
La catástrofe puede volverse todavía peor en la medida en que la Otan se prepara para continuar los bombardeos durante meses y se toman medidas para una invasión terrestre a Kosovo por fuerzas de infantería, desde Macedonia y Albania, usando Salónica y otras instalaciones de la Otan en Grecia.
Sólo los traidores, los idiotas o los que son ambas cosas pueden llamar ‘misión humanitaria’ a una intervención bárbara que, entre otras cosas, ha destruido las ruinas de Alekcinak, un centro no militar, el tren de Belgrado a Salónica o la columna de refugiados albano-kosovares.
Sólo los traidores, los idiotas o los que son ambas cosas pueden llamar a la destrucción masiva, provocada por las fuerzas imperialistas, ‘una medida necesaria para detener la limpieza étnica de los kosovares por los serbios’. Conocemos a fondo y condenamos decididamente tales actos perpetrados por los nacionalistas chetniks serbios y el régimen de Milosevic. Pero todos los crímenes de Belgrado palidecen en comparación con la guerra de exterminio que están llevando adelante los imperialistas de Estados Unidos y la Otan. Hasta los medios de prensa imperialistas occidentales han tenido que reconocer que el éxodo masivo de los albano-kosovares de sus hogares se agravódespués de los bombardeos de la Otan.
¡La autodeterminación nacional nunca fue ni será dada por ejércitos imperialistas de ocupación! ¡La libertad puede provenir del cañón de los fusiles de un pueblo en armas, pero jamás de los cañones del general Clark!
Los albano-kosovares están sufriendo no sólo la opresión nacional serbia sino también la más cínica manipulación de sus auto-proclamados ‘protectores’ en Estados Unidos y en Europa, que han probado ser sus peores enemigos. El ultrajante tratamiento a los refugiados kosovares en Macedonia por parte de las tropas de la Otan, donde militares alemanes estamparon números en sus brazos, de la misma manera que lo hacían con los judíos sus antepasados del ejército nazi en los campos de exterminio, o la separación forzada de familias por las propias autoridades de la Otan (¡enviando por ejemplo al marido como refugiado a Turquía y a su esposa a Noruega!) muestran la verdadera cara de los llamados ‘salvadores’ de los albano-kosovares. En Guam, en Guantánamo, en otras bases de Estados Unidos y en otros países ‘democráticos’ de la Otan están siendo preparados campos de concentración especiales para los kosovares.
Los imperialistas nunca se preocuparon por los derechos nacionales de la población albanesa de Kosovo. Son de público conocimiento los planes de la Otan tanto para la partición de Kosovo entre un área serbia y un protectorado de la Otan, como para su completa ocupación por las fuerzas de la Otan. El nacionalismo ‘gran albanés’ del Ejército de Liberación de Kosovo es utilizado para preparar una fuerza auxiliar de las fuerzas de infantería de la Otan, una nueva‘contra’ para la ocupación militar y la recolonización del área por el imperialismo.
Una guerra de recolonización
2. Porque actualmente ésta es una guerra de recolonización llevada adelante por el imperialismo en la era postYalta. Yugoslavia —la federación multinacional nacida de la lucha popular de liberación de los guerrilleros de Tito y de su revolución socialista— estuvo durante la guerra fría en la línea divisoria del orden europeo y del mundo salido de Yalta. Por esta razón, fue también el vínculo más débil y la primera víctima trágica cuando ese orden colapsó y las burocracias locales giraron abiertamente hacia la restauración del capitalismo.
Los dictados económicos del FMI en la sobre-endeudada Yugoslavia y las intervenciones imperialistas, primero de Alemania, después de los Estados Unidos, alimentaron los antagonismos nacionales y todas las fuerzas centrífugas que llevaron a la fragmentación de Yugoslavia. El propio Milosevic jugó la carta nacionalista serbia y abolió, antes que nada, la autonomía de Kosovo, en 1989, contribuyendo enormemente a los planes del imperialismo de terminar con la federación yugoslava.
Las sangrientas guerras civiles y las catástrofes en Vukovar, en Bosnia y en Krajina condujeron, por medio de una ronda de bombardeos de la Otan contra las posiciones serbias, a los acuerdos de Dayton impuestos por los Estados Unidos. Pero esto estaba lejos de ser suficiente para los intereses imperialistas. Kosovo fue el acto siguiente del drama siempre anunciado.
Los explosivos desarrollos en la crisis mundial capitalista de los últimos dos años, los fracasos, en este contexto, del proceso de restauración capitalista en Europa del Este, que culminaron en la declaración de moratoria de Rusia en el invierno de 1998, hicieron más necesario que nunca para el imperialismo norteamericano reestructurar la Otan, modificar su rol internacional, extenderla hacia el este hasta las fronteras de Rusia. En los documentos norteamericanos se declara oficialmente la necesidad de preparar a la Otan para confrontar el peligro de un retorno de Rusia al “viejo comportamiento del período soviético”.
Los Balcanes son el área más estratégica: son el blando bajo vientre de la antigua Unión Soviética así como del triángulo Cáucaso-Medio Oriente-Europa occidental, por donde corren las redes que transportan el petróleo hacia Occidente. Entonces, la ocupación político-militar directa del área de los Balcanes es crucial para el control imperialista de Europa del Este, Rusia, el Cáucaso, el Kurdistán y el Medio Oriente.
En la medida en que el tejido del capital financiero se desintegra, la restauración capitalista fracasa y el descontento político y social explota (la insurrección armada en Albania en 1997; la revuelta de los mineros en Rumania y en Rusia en 1998, etc.), el imperialismo norteamericano necesita aplastar cualquier resistencia en los Balcanes, incluyendo la de la nueva Yugoslavia, para ‘balcanizar’ todavía más, o incluso pulverizar el área, formando una serie de impotentes miniestados nacionales-ghetos, una suerte de bantustanes, y una serie de ‘estados-cuartel’ de la Otan y subestaciones regionales (por ejemplo, Turquía). Los imperialistas de la Unión Europea no son aliados contra su voluntad en la campaña en Yugoslavia. Consideran de su interés expandirse hacia el este del continente y cerrar las puertas a todos los flujos de inmigrantes del este, lo cual está interconectado con el plan de ‘estabilización’ para pulverizar a Yugoslavia. Alemania, sobre todo, tiene la gran oportunidad de superar la ‘crisis de legitimidad’ y enviar sus tropas al exterior por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, particularmente al área en la que la Wermacht de Hitler peleó una guerra sangrienta y despiadada contra los pueblos balcánicos.
Gobiernos de centroizquierda = gobiernos imperialistas
3. La efectividad de la guerra de la Otan sería imposible sin la ayuda fiel y el rol crucial de los gobiernos europeos de‘centroizquierda’, sin el ‘Nuevo Laborismo’ de Tony Blair en el poder, sin la coalición del partido socialdemócrata de Schroeder y los verdes en Alemania, sin el gobierno de la ‘izquierda plural’ en Francia, sin los ‘socialistas de la Otan’ de Simitis en Grecia. Los aviones de la Otan pueden utilizar la base de Aviano para atacar Yugoslavia gracias al gobierno burgués de D’Alema y de los antiguos comunistas en Italia. Esto prueba, más allá de toda duda, que los gobiernos de centroizquierda son gobiernos del imperialismo.
No debe subestimarse tampoco el papel de los llamados partidos ‘comunistas’ como el PC francés o los‘comunistas’ de Cossuta en Italia que, mientras hipócritamente condenan los bombardeos de la Otan, los gobiernos que integran continúan enviando sus fuerzas aéreas contra las poblaciones de Kosovo, Serbia y Montenegro. La efectividad de la guerra no podría desarrollarse libremente con una crisis política en los gobiernos y en los países que llevan adelante la guerra. Por esta razón, la negativa de los stalinistas a renunciar a los gobiernos de Francia e Italia no es otra cosa que una traición a los pueblos oprimidos de los Balcanes, así como una traición, también, al interés de las clases obreras de Francia e Italia.
Los gobiernos capitalistas europeos que atacan Yugoslavia son los mismos que atacan el empleo, los salarios y las condiciones de vida de los trabajadores de sus propios países. Pero los socialdemócratas y los stalinistas‘reciclados’, como D’Alema, o no ‘reciclados’ como Cossuta, no están solos en su traición: ¡una parte de la llamada‘extrema izquierda’ o gente que perteneció a ella en el pasado, está apoyando los bombardeos de la Otan! Los más notorios e infames ejemplos son la actriz ex trotskista Vanessa Redgrave, el ex anarquista Cohn Bendit, el ex maoísta Gluksman y otros. Todos ellos defienden a la Otan contra Yugoslavia en nombre de la ‘democracia’ contra el fascismo… ¡Usan las mismas expresiones del portavoz de la Otan cuando dijo que el piloto que bombardeó la columna de civiles albaneses, lo hizo “de buena fe como un piloto de un país democrático de la Otan”!
La guerra en el corazón de Europa abre un abismo insuperable en la izquierda entre aquellos que permanecen fieles a la clase obrera y a los oprimidos y aquellos que se ubican del lado del imperialismo.
Movilización contra la guerra
4. La agresión de la Otan en los Balcanes ya ha provocado el más profundo impacto político en los diferentes pueblos de la península. En oposición a todos los regímenes pro-Otan de la región, las masas en Montenegro, Macedonia, Grecia, etc. están movilizadas en incesantes manifestaciones de masas anti-Otan. En la propia zona de guerra en Serbia, y especialmente en Belgrado, las masas populares, los trabajadores y la juventud (muchos de los cuales participaron en el pasado en las manifestaciones contra Milosevic) ahora están movilizados en conciertos públicos de protesta, ocupando ‘objetivos militares’ como puentes históricos y manifestaciones de masas contra la Otan. Los estrategas norteamericanos de la Otan erraron totalmente sus cálculos, tanto militar como políticamente. Militarmente, pensaban que, bombardeando unos pocos días, como habían hecho antes del acuerdo de Dayton, tendrían resultados similares. Fracasaron. Políticamente el fracaso es todavía mayor. Si en la primera etapa de la tragedia yugoslava, los nacionalismos locales estuvieron al frente y las manipulaciones imperialistas se hicieron tras bambalinas, ahora el principal enemigo es identificado no simplemente en las nacionalidades vecinas sino directamente en el agresor imperialista.
Jamás se vieron tales sentimientos antimperialistas y de resistencia, tan extendidos y de base, desde la época de la agresión nazi y la ocupación de los Balcanes. Los pueblos de los Balcanes —así como los pueblos de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, etc.— ven claramente la intervención como el comienzo de una vasta campaña de guerras de recolonización. La conmoción es enorme, así como la revulsión y el odio contra el imperialismo norteamericano y la Otan. Es una incomprensión e incluso una mentira completa calificar como nacionalismo este profundo sentimiento antimperialista, esto es, la disposición a movilizarse en una acción antimperialista contra el principal enemigo, las‘grandes potencias’ y sus agencias locales, las burguesías y las mafias restauracionistas.
Si la Otan envía fuerzas de tierra a invadir y ocupar el área, enfrentará la misma resistencia que enfrentaron los ejércitos de Hitler y Mussolini. Se desarrollará una guerra popular y el imperialismo encontrará su segundo Vietnam, esta vez en Europa. Si la victoria de la revolución vietnamita en 1975 produjo el ‘síndrome de Vietnam’ que los Estados Unidos nunca superaron, el segundo Vietnam acelerará enormemente la crisis en las metrópolis del capitalismo mundial.
El factor decisivo es el desarrollo de la conciencia de las masas trabajadoras en una dirección internacionalista revolucionaria. Todos los obreros, los campesinos, los oprimidos en los Balcanes, tienen que unirse contra el imperialismo, las burguesías locales, las camarillas burocrático-militares y luchar para establecer las condiciones de una vida pacífica en común y la coexistencia en el marco de una unidad voluntaria de pueblos emancipados: en una Federación Socialista de los Balcanes.
Para luchar por este objetivo histórico, es necesario que sean respetados todos los derechos nacionales y todas las tradiciones culturales en esta región multiétnica. Todas las formas de limpieza étnica deben ser enfrentadas y condenadas resueltamente. Particularmente ahora, la autodeterminación de los albaneses de Kosovo debe ser defendida.
Al mismo tiempo, la segregación nacional y la pulverización de los Balcanes bajo la tutela del imperialismo debe ser combatida sin ningún compromiso, en primer lugar por los marxistas revolucionarios. Como dijo Trotsky, “en los Balcanes o se es un internacionalista inflexible o se es un chovinista reaccionario”.
Por la derrota de la Otan
5. En este 1° de Mayo del último año del siglo, llamamos a todos los trabajadores y a sus organizaciones, en todo el mundo, a ponerse de pie y luchar junto con el pueblo balcánico contra el imperialismo, por la derrota política y militar de su agresión en Yugoslavia.
• Por el cese inmediato de los bombardeos y el retiro incondicional de la Otan de los Balcanes.
• Por la liberación de las nacionalidades oprimidas en los Balcanes y en el Medio Oriente: libertad para los albano-kosovares, los palestinos y los kurdos.
• Libertad para Ocalam y para el Kurdistán. Por una Palestina única, laica y socialista. Por la Federación Socialista de Medio Oriente.
• Por la emancipación social de la clase obrera: expropiación de los expropiadores, los grandes capitalistas. Por la semana de trabajo de 35 horas sin reducción del salario y sin ‘flexibilidad laboral’. Por la reincorporación de los desocupados y excluidos mediante la redistribución del tiempo de trabajo entre toda la población trabajadora. Por un salario mínimo internacional igual a la canasta familiar. Abajo las privatizaciones. Nacionalización de los servicios de salud, educación y seguridad social. Nacionalización de las industrias estratégicas, sin pago, bajo control y dirección de los trabajadores.
• Abajo los dictados del FMI. Anulación de las deudas externas. Nacionalización de los bancos bajo control obrero.
• Abajo el proceso de restauración capitalista en Rusia, Europa del Este y China. Todo el poder a los consejos obreros. Por la reanudación de la revolución socialista.
• Abrir las fronteras a todos los refugiados.
• Por la unidad internacional de los trabajadores para terminar con el imperialismo y la guerra, y construir un nuevo mundo sin explotación, sin opresión, sin humillación de los seres humanos por los seres humanos.
• Adelante por la Internacional revolucionaria de la clase obrera. Por la refundación de la IVª Internacional.
• Por la victoria de la revolución socialista mundial.