Egipto: Después de la pueblada, las huelgas

La pueblada ocurrida la semana pasada frente a la embajada israelí en El Cairo no fue, en lo más mínimo, un “rayo en cielo sereno”. También el número de huelgas y conflictos obreros se ha ido multiplicando.

Desde hace semanas hay una huelga de docentes y médicos a nivel nacional con una alta participación. En algunas regiones como Port Said, Kafr El-Sheikh, Suez, Cairo del Sur y Sinaí del Sur, el acatamiento es total. La medida de fuerza es coordinada a nivel nacional por un comité de huelga que, recientemente, ha formado el Sindicato Independiente de Docentes. Los docentes respondieron a los arrestos y suspensiones de activistas con el pedido de renuncia del ministro de Educación de la Junta Militar, que debió echar lastre y conformar una mesa de diálogo.

Por su parte, los médicos y trabajadores de la salud se encuentran en huelga desde hace una semana en reclamo de un aumento en el presupuesto, además de un incremento salarial y una reestructuración general del sector. La huelga obtuvo el reconocimiento legal del gobierno y el compromiso de una mesa de trabajo.

Asimismo, una decena de fábricas se encuentran en conflicto: más de mil trabajadores de la empresa Ideal cumplieron una semana de huelga en reclamo de un reparto de ganancias por parte de la patronal que compró la empresa al Estado a precio de remate. También los obreros de las refinerías de azúcar en Arment fueron a la huelga por más de seis días en reclamo de un aumento salarial y mejoras en las condiciones de trabajo.

Una gran mayoría de estas huelgas se remonta a la enorme movilización en la Plaza Tahir, que se prolongó hasta el derrocamiento de Mubarak. Muchas de estas luchas se nutren de las consignas que nacieron en esas históricas movilizaciones de masas, es decir que la conciencia de los obreros egipcios se encuentra impregnada por los acontecimientos revolucionarios que sacudieron al país. En muchos casos, los trabajadores y obreros reclaman la expulsión de la gerencia, de la burocracia sindical y la democratización del lugar de trabajo o estudio.

En ese cuadro, se encuentra la huelga de estudiantes y trabajadores de la Universidad de El Cairo (AUC) que ya lleva varias semanas sacudiendo a la capital egipcia con imponentes movilizaciones. La lucha de la AUC resulta de primer orden, en principio, porque por su magnitud se ha colocado en el centro de la escena política. Pero también porque reúne a la clase obrera y la juventud en un proceso de lucha, fundamentalmente contra el Estado, y que ha servido como un polo de referencia para todo un sector del movimiento educativo. Los trabajadores de la universidad, en su mayoría precarizados, reclaman el pase a planta permanente, mientras los estudiantes exigen mejores condiciones para acceder a la educación superior y la democratización del gobierno universitario. El claustro profesoral adhiere de manera minoritaria a la huelga, porque reúne en su interior a muchos elementos del viejo régimen mubarakista.