Diez preguntas sobre Porto Alegre, Río Grande Do Sul, y sus gobiernos “antiglobalizadores”

En el movimiento internacional ‘antiglobalización’, la ciudad de Porto Alegre y el estado de Rio Grande do Sul (cuya capital es precisamente Porto Alegre) son presentados como el símbolo de una “alternativa de la sociedad ‘a la globalización’…”. Sus gobiernos, de naturaleza análoga *formados por el Partido de los Trabajadores de Brasil con el agregado de que en él estan los autodeclarados, aunque de manera cauta y crítica ‘trotskistas’* se presentan como un punto de referencia a partir del famoso “presupuesto participativo” de Porto Alegre; señalado como una nueva modalidad de establecer una relación progresiva entre las instituciones representativas y las masas populares. Convencidos, con Lenin, de que “los hechos tienen la cabeza dura”, queremos plantear diez preguntas sobre la realidad ‘antiglobalizante’ de Porto Alegre, de Rio Grande do Sul y de sus gobiernos.


1. ¿Es verdad que el famoso “presupuesto participativo” de Porto Alegre concierne sólo a una mínima parte (más o menos el 20%) de todo el presupuesto de la administración metropolitana?


2. ¿Es verdad que el poder de la estructura “participativa” sobre esta pequeña parte del presupuesto es sólo consultiva y no resolutiva?


3. ¿Es verdad que el gobierno ‘antiglobalización’ de Rio Grande do Sul recientemente ha extendido un subsidio sin reintegro (un regalo, bah) de cientos de millones de dólares a la multinacional norteamericana Ford?


4. ¿Es cierto que el ex intendente de Porto Alegre, el ‘trotskista’ Raúl Pont, ha planteado una modificación de las normas previsionales vigentes con la introducción de un fondo de capitalización, que sólo fracasó porque la Corte Federal brasileña la consideró incompatible con las normas nacionales vigentes?


5. ¿Es verdad que el gobierno de Rio Grande do Sul se ha opuesto a la lucha de los docentes estatales a ajustar sus salarios por la inflación y que en tal oposición ha utilizado contra los docentes a la policía militar?


6. ¿Es verdad que también ha utilizado a la misma policía militar contra los ‘sin tierra’ que ocupaban un municipio?


7. ¿Es verdad que tanto en Porto Alegre como en Rio Grande do Sul se ha procedido a reducir el número de puestos de trabajo de los empleados públicos?


8. ¿Es verdad que en Porto Alegre, después de doce años de gobierno ‘antiglobalización’, la mayor parte de los servicios están privatizados y que los transportes locales tienen costos elevadísimos para los niveles salariales brasileños?


9. ¿Es verdad que en los ‘antiglobalizantes’ Porto Alegre y Rio Grande do Sul el beneficio capitalista ha aumentado más ampliamente que en el resto del Brasil?


10. ¿Es verdad que en esa ciudad y en ese Estado, al mismo tiempo ha aumentado, el nivel de la desocupación (17% en Porto Alegre)?


La respuesta a estas preguntas es: Sí


Esto explica por qué el Banco Mundial *no el ‘reformado’ sino el actual* ha declarado en un documento que el sistema del “balance participativo” de Porto Alegre es “un instrumento eficaz de gestión pública”.


Desde siempre, los revolucionarios en el movimiento obrero y antimperialista han enfrentado a los reformistas que con sus recetas ‘progresistas’ intentaban bloquear el desarrollo de la lucha de clases en el cuadro de la sociedad y del estado capitalista. Los ‘antiglobalizadores’ de Porto Alegre, aunque se disfracen en el plano ideológico de ‘marxistas revolucionarios’, no son más que reformistas modernos. Además se puede agregar que, como se mostró arriba, su reformismo no da lugar siquiera a las conquistas mínimas del reformismo original un siglo atras. Los reformistas de entonces aparecían como una garantía para el proletariado. Hoy los neoreformistas ofrecen sólo una ‘imagen’ apareada de esa sociedad a la que condenan tan netamente de palabra.


La mitología sobre Porto Alegre y Rio Grande do Sul tiene una función específica negativa. Sirve para convencer a los movimientos que se desarrollan contra el dominio del capital financiero que “otro mundo es posible” sin cuestionar el sistema del beneficio y su poder estatal. De la cruda realidad del mito de Porto Alegre y Rio Grande do Sul vuelve a confirmarse cual que es la solución real:


Otro mundo es ciertamente posible y necesario pero se llama socialismo internacional y puede nacer sólo sobre la base de la destrucción revolucionaria de la sociedad burguesa y de sus estructuras de dominio, con la construcción del poder del proletariado y de los oprimidos.


Por la refundación de la IV Internacional (Italia)