¿Dinero para las aceras o para el ejército?

RCIT: consejos "trotskistas" para maximizar las finanzas de la Otan en la guerra en Ucrania

Ucrania se ha transformado en una máquina de guerra imperialista

A mediados de diciembre, Serhiy Batryn, representante del ayuntamiento de la aldea de Keretsky, integrante del partido de Zelensky (“Servidor del Pueblo”) en el distrito de Mukachevo, se presentó ante una audiencia del Concejo, donde se discutía el presupuesto para el 2024, y luego de un fuerte intercambio con los presentes, sacó tres granadas y las tiró a los pies del público, provocando 26 heridos.

No está absolutamente claro qué era lo que se debatía: se dice que Batryn pedía una revisión de cuentas del presupuesto 2023, quería un aumento salarial del 50%, que se oponía a otorgar un “premio” monetario al intendente, etc.

Esto, que fue noticia mundial, está indicando también un hastío en parte creciente del pueblo ucraniano a medida que “avanza” la guerra.

Recientemente (4/1), el semanario VOA caracterizó, ante el pedido del alto mando militar de aumentar en 500 mil los soldados, las fuerzas para la guerra: “Kiev ha propuesto abordar el problema reduciendo el límite de edad para los nuevos reclutas y tomando medidas enérgicas contra la evasión de movilizaciones. Pero los funcionarios temen una reacción violenta y dudan en defender públicamente las medidas”.

No solamente se han ido 6 millones de ucranianos desde el inicio de la guerra, sino que las bajas van en aumento y la contraofensiva tan cacareada por Zelensky y la Otan ha fracasado.

El pueblo de Ucrania ha sido arrastrado a intervenir en la guerra imperialista entre la Otan y Rusia, para defender con su sangre los intereses de los monopolios imperialistas y las oligarquías burguesas restauracionistas.

Esta no es una guerra de liberación nacional dirigida por Zelensky (como trata de presentar el imperialismo), sino que el pueblo de Ucrania sirve de carne de cañón a los planes imperialistas para irrumpir en Rusia y demás países de esta zona y avanzar a fondo en la colonización capitalista de estos vastos territorios.

Los revolucionarios socialistas no pueden estar en ninguno de los dos campos. Deben luchar contra la guerra, planteando la confraternización de los pueblos enfrentados y tomando como enemigo principal a sus propios gobiernos y clases dominantes. Estos son los principios elementales del internacionalismo proletario defendidos por Lenin y demás líderes revolucionarios de la III Internacional.

Pero, en un artículo (“Ucrania: ¿Dinero para las aceras o para el ejército?”  23/1/24) que edita la RCIT (Tendencia Internacional Comunista Revolucionaria), reproduciendo posiciones del grupo ucraniano Spalakh, que acaba de unirse a sus filas, luego de romper con la Liga Internacional Socialista (LIS, a la que está adherida el MST argentino), se plantea la necesidad de profundizar la guerra contra Rusia, incrementando el presupuesto militar, quitándolo de supuestos gastos “públicos” (el adoquinado de calles, la construcción de rutas, etc.), que serían pantallas de corrupción.

Se acusa al imperialismo, que ha volcado miles de millones de dólares y armas de las más sofisticadas, de no invertir más y se denuncia al gobierno de Zelensky de estar minado por una gran corrupción. La nota reconoce que el gobierno ha avanzado en la privatización de ramas enteras de la producción, en aras de sectores oligárquicos e imperialistas. Por ejemplo, el complejo Ukroboronprom, que concentra varias industrias metalúrgicas claves para la defensa. En mayo 2023, la  Ukroboronprom pasó de empresa estatal a sociedad anónima. También denuncia Spalakh-RCIT la fuga de capitales de los oligarcas a paraísos fiscales.

En lugar de realizar un balance mínimo, luego de casi dos años de guerra, de que Zelensky es un títere del imperialismo yanqui/Otan y que ha transformado a Ucrania en una pieza militar imperialista (como es el Estado sionista de Israel en Medio Oriente y contra los palestinos), propone avanzar a una “economía planificada” y al “control obrero”, para que la riqueza de Ucrania no se la lleven los corruptos funcionarios y capitalistas. El problema sería garantizar que “el dinero iría a parar a la gente para armar al ejército, si no fuera por los funcionarios parásitos”.

La propuesta de la RCIT es combatir la corrupción capitalista, para fortalecer al ejército y permitir, de la mano de la Otan, derrotar a Rusia.

Es necesario terminar con la guerra y con la explotación imperialista que la provoca: es necesario terminar con el gobierno de Zelensky, agente de la Otan y la guerra imperialista, aliado del Estado sionista contra el pueblo palestino de Gaza y de todos los ultraderechistas del mundo (Milei, etc.).

La confraternización entre los solados y pueblos de Ucrania y Rusia, la lucha por derrocar en cada país a los gobiernos capitalistas militaristas, no figura en el programa de la RCIT, que ciegamente sigue en su empeño de derrotar a Rusia. No plantea terminar con el gobierno de Zelensky.

Es hora de despertar: la realidad ha evidenciado que Ucrania se ha transformado en una máquina de guerra imperialista. La izquierda revolucionaria no puede estar en ese campo.