¿Dónde quedó el “eje del mal”?

Después de la "renuncia" libia al desarrollo de armas nucleares son cada vez más frecuentes los síntomas de que los integrantes del llamado "eje del mal" están asumiendo posiciones crecientemente "amigables" frente a Estados Unidos. Como Khadafi, los nacionalistas está haciendo cola para capitular frente al imperialismo.


Irán había dado ya un primer paso al subordinar sus planes de desarrollo de la energía atómica con fines civiles a la Oiea y sus inspecciones. Ahora dio un nuevo paso al retomar las relaciones con Egipto, luego de 25 años de congelamiento, que es, después de Israel, el principal aliado de los Estados Unidos en Medio Oriente. Al mismo tiempo, Irán detuvo a uno de los principales dirigentes de Al Qaeda y se encontraría negociando su entrega a los servicios norteamericanos a cambio de la liberación de los iraníes detenidos en Guantánamo y del levantamiento del congelamiento de los fondos iraníes en bancos norteamericanos. Como en Libia, Al Qaeda se ha convertido en el "chivo expiatorio" del acercamiento con Estados Unidos. Una manifestación de esta "nueva realidad" es el desmesurado elogio de sir Jeremy Greenstock, representante británico en Irak, quien después de reunirse con altos funcionarios iraníes declaró que "Irán muestra una actitud crecientemente positiva hacia la situación en Irak"… es decir, hacia la ocupación norteamericana (Financial Times, 6/1).


Otro que eligió una vía indirecta para su "acercamiento" a Estados Unidos fue Siria, que acaba de retomar sus relaciones políticas con Turquía, otro aliado clave del imperialismo en la región y, también, aliado militar de Israel.


Contra lo que afirman los comentaristas, estos "desarrollos" están lejos de "traer la paz" a la región: al reforzar las posiciones de Estados Unidos y de Israel son una nueva fuente de agresión contra los pueblos de Medio Oriente y, en particular, contra los palestinos.


Incluso en la lejana Asia, el "modelo Khadafi" parece surtir efectos. Corea del Norte acaba de anunciar que está dispuesta a "congelar su programa nuclear a cambio de ayuda económica y concesiones diplomáticas" (Financial Times, 7/1). Corea del Sur ya le dio la "bienvenida" a la propuesta y hasta el propio Powell la calificó como "positiva e interesante" (ídem).


El hundimiento del llamado "eje del mal" pone al desnudo la miseria política del nacionalismo y de los escombros del stalinismo.