Internacionales
26/9/2007|1011
EEUU GM: la burocracia entrega el seguro de salud
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En la madrugada del 26 de septiembre, el sindicato automotriz norteamericano (UAW) y la General Motors firmaron un “acuerdo tentativo” para la renovación del convenio colectivo de los trabajadores mecánicos. El acuerdo llegó después de dos días de huelga nacional en todas las plantas de la GM en los Estados Unidos, la primera huelga nacional automotriz desde 1970.
Ni la UAW ni la empresa dieron detalles sobre el acuerdo alcanzado, que ahora deberá ser sometido a la votación de los afiliados de la UAW.
Según las informaciones disponibles, la dirección de la UAW había acordado la principal demanda patronal: la transferencia de las obligaciones de salud de la empresa con sus jubilados a un fondo administrado por el propio sindicato. El fondo sería financiado mediante un aporte inicial de la patronal (en efectivo, bonos y acciones de la propia GM) por un equivalente del 70% del valor actual de sus obligaciones de salud con sus jubilados. La empresa no sólo “ganaba” una reducción del 30% en sus obligaciones de salud; además lograba desentenderse de los futuros aumentos de los costos de la salud.
“Para el sindicato, el fondo (Veba) es una concesión enorme e histórica. GM ya no sería responsable como empresa de la salud de sus jubilados. Por el contrario, sería el propio sindicato el que debería cargar con la mayor parte del riesgo de los crecientes costos de la salud” (The Wall Street Journal, 25/9). Por cierto que no será el sindicato sino los jubilados y los trabajadores en actividad los que deberán pagar esos mayores costos, o sea resignarse a aceptar menores prestaciones.
Históricamente, la burocracia había resignado aumentos salariales o mejoras en las condiciones de trabajo con la excusa de garantizar el seguro de salud, hasta ahora enteramente a cargo de las empresas. ¿Dónde han ido a parar esos miles de millones “ahorrados” por la GM?
La burocracia de la UAW reclamaba a cambio de la “concesión histórica” del fondo de salud, que la empresa ofreciera garantías contra una relocalización de las plantas existentes en los Estados Unidos hacia el exterior. La empresa había anunciado amplios planes para extranjerizar su producción. Pero, con el Veba en el bolsillo, la patronal rechazó el reclamo... a menos que la UAW aceptara una masiva reducción del “costo laboral” de los nuevos contratados (menores salarios y menores prestaciones de salud y de jubilación). Fue entonces cuando la dirección de la UAW llamó a la huelga.
Ron Gettelfinger, el presidente de la UAW, no dio ninguna indicación sobre las condiciones laborales.
Ahora habrá que ver la capacidad de la burocracia sindical para lograr que esta entrega sea aprobada en las asambleas de trabajadores. En 2005, logró hacer aprobar concesiones mucho menores por un margen muy estrecho (51 a 49% en la Ford) en votaciones dudosas (organizaciones de activistas de base denunciaron fraude).