El 11 de septiembre en Santiago de Chile

Este domingo se conmemoró un aniversario más del golpe militar. La celebración oficial fue una marcha regimentada que establecía las calles por donde se debía marchar y el tiempo de duración. Las organizaciones de derechos humanos se negaron a marchar por la ruta establecida y fueron salvajemente reprimidos. El partido comunista, en cambio, marchó junto a la Concertación y miembros de su guardia reprimieron a jóvenes anarquistas que se enfrentaban a la policía.


Con todo, lo más importante de este 11 de septiembre no fue la marcha sino la decisión de la UDI (la extrema derecha conservadora) de llevar candidato propio a las próximas elecciones, desligándose del candidato de RN, Sebastián Piñera. Este realineamiento cambia todo el mapa político. Dividida la oposición, ¿podrá mantenerse unida la Concertación? La crisis de la coalición gubernamental es abierta y manifiesta.


Las masas chilenas aprenden rápido que en medio de los más altos precios del cobre de la historia, la miseria es palpable. Los altos precios de la comida, el gas y la luz, hicieron de este crudo invierno una experiencia extrema. Todos los días una empresa se suma a la lucha por mejoras salariales, mientras el gobierno intenta dar pie atrás con lo que los mineros de Codelco obtuvieron en la huelga y entrega un aguinaldo de Fiestas Patrias de 60 pesos argentinos, una verdadera burla si se considera que el precio de las papas es de 10 pesos el kilo.


Los trabajadores chilenos estamos frente a una nueva perspectiva.