Internacionales

23/11/2024

El Bitcoin se dispara mientras los bonos de la deuda de Estados Unidos se hunden

Mientras gana los titulares, nadie habla del derrumbe de los bonos del Tesoro.

Tras el triunfo de Trump, el Bitcoin se acerca a los 100 mil dólares

La victoria de Donald Trump afianzó el crecimiento de los precios del Bitcoin que ya superó los 90 mil dólares  acumulando desde inicios del año una suba que duplicó sus precios y dejando atrás las importantes subas de Wall Street. El resurgimiento del Bitcoin y las criptomonedas  festeja  declaraciones durante la campaña de D. Trump favorables a las criptomonedas y la promesa que Estados Unidos se convierta en una “superpotencia” del Bitcoin.

El gobierno de Joe Biden al comienzo del año aprobó solicitudes largamente esperadas de varios importantes fondos de Wall Street para facilitar el acceso masivo a la compra de Bitcoin y extender a nuevos participantes el mercado de las criptomonedas. El impulso dado desde el Estado a un producto que se desconoce el emisor facilitó masivas compras mediante los nuevos fondos y ganancias extraordinarias en comisiones a Wall Street en precios y comisiones.

La contracara del renovado esplendor del Bitcoin sucede en simultáneo  con el hundimiento de los precios de los bonos de la deuda del Tesoro de Estados Unidos. La devaluación de los bonos del Tesoro está produciendo una suba de las tasas de interés como resultado que sus precios han caído por debajo del que fueron emitidos. Un fenómeno que en Argentina es conocido como suba del “riesgo país”. Eso está ocurriendo con la deuda que emite el Tesoro de Estados Unidos,  el mayor mercado de deuda del capitalismo y el sostén del sistema monetario global dominado por el dólar.

La SEC, el Bitcoin y las actividades “ilícitas”

En enero de este año, la agencia de supervisión de Wall Street (SEC) que dirige Gary Gensler resolvió aprobar la compra de Bitcoin por fondos de inversión, cediendo ante solicitudes de entidades financieras que lograron un amparo judicial ante reiteradas  negativas de la SEC.

El presidente de la SEC (Security Exchange Commision) en la declaración de aprobación mencionó que “Bitcoin es principalmente un activo ‘especulativo y volátil que también se utiliza para actividades ilícitas, incluido la piratería informática (ransomware), lavado de dinero, evasión de sanciones, y financiamiento del terrorismo’. Y que ‘hoy aprobamos la cotización y negociación de ciertas participaciones en fondos (ETP) de Bitcoin al contado, no aprobamos ni respaldamos al Bitcoin. Los inversores deben ser cautelosos con respecto a los innumerables riesgos asociados con Bitcoin y los productos cuyo valor está vinculado a las criptomonedas’” (sec.gov.ar, 10/1).

Las razones esgrimidas estuvieron sustentadas en la ola de criminales que solicitaban pagos en criptomonedas aprovechando la imposibilidad de identificar los destinos y rastrear a los delincuentes.  Como cuando en un caso bastante sonado se logró ingresar en las computadoras de la administración del servicio de gas de la costa Este de Estados Unidos y bloquear el suministro solicitando un “rescate” en criptomonedas. Colonial Pipeline Company detuvo todas las operaciones del oleoducto para contener el ataque.  Supervisada por el FBI, la empresa pagó la cantidad solicitada por el grupo de piratas informáticos (75 bitcoins, casi 5  millones de dólares estadounidenses) (New York Times, 13/5/21).

Simultáneamente a los pagos a delincuentes de rescates en criptomonedas, varios fondos y plataformas creados para la negociación de compras y ventas fueron usadas para varias estafas. Entre ellas la del fondo organizado por Sam Bankman-Fried, el fundador del intercambio de criptomonedas FTX que fue condenado por robar 11 mil millones de dólares a los clientes, sentenciado a 25 años de prisión, una de las más sonadas de las realizadas con criptomonedas (New York Times, 28/3).

La evolución del Bitcoin y otras criptomonedas pasaron de ser un medio de pago, a jugar un papel importante en el cibercrimen, gracias a su facilidad para enviar pagos directamente de una persona a otra en cualquier parte del mundo.

Ahora es transformado por la SEC un medio de inversión promovido por el Estado.  Y donde los fondos son “intermediarios” en su compra cobrando comisiones. A diferencia del pasado donde fue promovido como un medio de pago “per to per” sin intermediarios y de “inclusión” económica.

Reservas de oro y Bitcoins

El entorno favorable al Bitcoin llega hasta una propuesta para crear un “fondo estratégico de Bitcoin”. Una senadora de Wyoming, Cynthia Lummis, está abogando para que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos convierta una parte de sus más de 8.000 toneladas de reservas de oro en Bitcoin para establecer una “reserva estratégica” de BTC.

La propuesta abarca la forma de lograr su financiamiento: vender parte del oro de la Reserva Federal que cuenta con 8000 toneladas y  adquirir un millón de Bitcoins, lo que representa casi el 5% de los tokens en circulación (Bloomberg, 14/11).

Las propuestas de favorecer diversos usos de Bitcoin y criptomonedas hasta incluir la compra de una reserva del Tesoro fue parte de la campaña de la reelección de Trump.

 “La deuda de Estados Unidos se dispara, esa es la razón por la que Trump y Harris no hablan de ello”

Dice el Wall Street Journal (16/9), en un extenso informe, que los gobiernos de ambos partidos son los que generaron el enorme déficit del presupuesto y comercio exterior que da origen a una deuda del Estado que sigue aumentando, al punto que hoy hay una creciente dificultad en colocar deuda en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Sus precios se deprecian produciendo la insolvencia del sistema financiero de Estados Unidos y de los bancos centrales que los tienen como “reserva de valor”.

La “creciente deuda pueda ejercer una presión al alza sobre las tasas de interés, lo que limitaría el crecimiento económico, desplazaría otras prioridades y podría perjudicar la capacidad de Washington para obtener préstamos en caso de una guerra u otra crisis. Ya ha habido señales de advertencia dispersas, incluidas rebajas de la calificación crediticia de Estados Unidos y una demanda mediocre de deuda del Tesoro en algunas subastas” (ibídem).

La devaluación de los bonos del Tesoro aumenta la fragilidad e insolvencia del sistema bancario de Estados Unidos y global

La fragilidad financiera de Estados Unidos representada en la continua caída de los bonos del Tesoro se inició con los enormes gastos de la pandemia. La Reserva Federal fue impotente en la capacidad de detener esa desvalorización a pesar de las compras de bonos del Tesoro que acumula en su balance en más de 4 billones de dólares, lo que la coloca en el principal tenedor del mismo Estado.

La devaluación de los bonos es camuflada en los balances de los bancos como “pérdidas no realizadas”. Y cuando un banco se vio obligado a vender los bonos ante una corrida de depósitos, quebró en cuestión de horas. Ese fue el caso del Silicon Valley Bank. Esto refleja la insolvencia creciente de los bancos de Estados Unidos al tener en sus balances bonos devaluados.

Lo mismo corre para los bancos centrales que tienen en sus reservas bonos del Tesoro que se están devaluando hasta en una tercera parte del valor anotado en sus balances. A mayo de 2023, se estimó que las pérdidas totales no realizadas en HTM que enfrentaban los bancos estadounidenses eran más de 2 billones de dólares, según establecieron los contadores públicos de Nueva York (CPA Journal, 2/5).

El gasto en pagos de intereses de la deuda supera los gastos en defensa

Una de los ejes de la campaña electoral de Trump fue la reducción de impuestos, que de llevarse adelante aumentarán más el déficit y la deuda que ya supera a la producción de un año.

Estados Unidos ha acumulado una deuda pública de 35,7 billones de dólares. En el año fiscal 2024, Estados Unidos gastó 882 mil millones de dólares en pagos de intereses (para pagar sus préstamos). El gasto total en defensa nacional para el año fiscal 2024 fue de 874 mil millones de dólares.

La combinación de propuestas de recortes impositivos, aumentos arancelarios, expansión militar y deportaciones masivas que propone Trump ampliaría los déficits presupuestarios y necesitarán un mayor endeudamiento.  Entre los mayores gastos se encuentran las necesidades de defensa. 

Una comisión formada por el Ministerio de Defensa concluyó que: “Estados Unidos debe aumentar el gasto a niveles no vistos desde la Guerra Fría para disuadir las amenazas de China, Rusia, Irán y Corea del Norte, dijeron los líderes de una comisión bipartidista que examina la Estrategia de Defensa Nacional” (defense.gov, 19/9).

La promoción del Bitcoin, una pantalla

Trump se ha comprometido públicamente en hacer de Estados Unidos una “superpotencia del Bitcoin” para resolver su endeudamiento.  En declaraciones a Fox News dijo: “Quién sabe, tal vez paguemos nuestros 35 billones de dólares; ¿les damos un pequeño cheque en criptomonedas, no? Les damos un poco de Bitcoin y acabamos con nuestros 35 billones de dólares”  (Financial Times, 21/11).

Estados Unidos tiene 208.000 Bitcoins de incautaciones judiciales, la mayor parte a Ross Ulbrich, fundador de una plataforma (Silk Road) donde se podía comprar drogas que se pagaban con Bitcoins que son insignificantes ante los 35 billones de deuda.

Las declaraciones que pagarían la deuda del Estado con Bitcoin  sirven para hacer crecer una burbuja de precios, cuando su uso como “reserva” es incierta y fuera de todo sustento ya que no tiene valor transable entre Estados y China y Europa no los acepta como un activo financiero.

Las propuestas sobre el Bitcoin y su relación con la deuda, son la confesión clara y contundente de la crisis de endeudamiento que tiene Estados Unidos. Cuando sus aventuras bélicas en Ucrania y en Medio Oriente han producido el mayor gasto en explosivos y material militar desde la guerra de Vietnam.

El próximo gobierno de Trump tiene que  realizar un gasto para reponer y modernizar ante la creciente tensión que amenaza  profundizar con el enfrentamiento y la guerra comercial con China.

La descomposición financiera del Estado imperialista intentará descargar su crisis en el resto de los pueblos profundizando las guerras como último recurso para sobrevivir.