El Departamento de Estado designó esta semana al llamado Cartel de los Soles como organización terrorista, una calificación que le permitirá a la Casa Blanca profundizar las sanciones y las operaciones contra Venezuela, en el marco de una ofensiva de Donald Trump en la región que incluye un megadespliegue militar en el Mar Caribe y el bombardeo periódico de lanchas, que ya dejó más de 80 muertos.

Según la Casa Blanca, el mismísimo presidente Nicolás Maduro está al frente del Cartel de los Soles, grupo que se dedicaría al tráfico de drogas hacia los Estados Unidos. Sin embargo, no existe prueba alguna de que ese cartel siquiera tenga existencia real. De hecho, ni siquiera figura en los últimos informes de la DEA, la agencia norteamericana.

Hasta los más recalcitrantes partidarios de la ofensiva yanqui reconocen que el Cartel de los Soles “no se trata del cartel clásico al estilo mexicano (…) es una red de redes dentro de un sistema corrupto, conformado por generales chavistas”, según el corresponsal del diario La Nación de Argentina. Adam Isaacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en inglés) dice: “no es un grupo cohesionado, no hay membresía, ni jerarquía, ni reuniones; es un atajo para describir redes de corrupción enquistadas en las fuerzas de seguridad”. No hay membresía, jerarquía, reuniones, ¿de qué clase de organización estamos hablando?

La expresión "Cartel de los Soles" fue acuñada en 1993 -seis años antes de que el chavismo llegara al poder, cuando gobernaba la derecha- por los medios venezolanos, para referirse al involucramiento en el narcotráfico de dos generales que, en su condición de tales, llevaban un sol identificatorio en su chaqueta.

Asistimos, sencillamente, a la fabricación de un pretexto para justificar una intervención imperialista contra Venezuela, como en el pasado se apeló a las inexistentes armas de destrucción masiva, en Irak. La coartada incluye las supuestas conexiones de ese cartel con las disidencias de las Farc y el ELN de Colombia, lo que, de paso, sirve para poner el ojo en el país vecino, que también ha sido amenazado por Trump.

Repudiamos la ofensiva imperialista de Trump contra Venezuela y toda América Latina. Fuera el imperialismo, por la unidad socialista de la región.

¡Fuera la agresión militar estadounidense contra Venezuela y toda presencia imperialista en América Latina!

Unamos las luchas de los pueblos latinoamericanos con la de los trabajadores estadounidenses contra Trump. Declaración internacional -

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