El Congreso Mundial por la Refundación de la IV Internacional

Decide la creación de una coordinadora

Después de siete años de trabajo en común con las organizaciones que lideran este proceso, fue tomada en Buenos Aires, Argentina, la decisión de construir una organización centralizada, lo que constituye un paso decisivo en el proceso de lucha por la Refundación de la IV Internacional.


La cuestión central que estuvo en la base de la formación del Movimiento por la Refundación de la IV Internacional fue la caracterización de la etapa política y la necesidad de ofrecer una dirección revolucionaria internacional para todos los que buscan una orientación para la luchas de la clase obrera mundial.


El significado concreto de la creación del CRCI está en la superación del movimiento, que se organizaba sobre la base de reuniones y acontecimientos e iba consolidando una posición política, para construir un verdadero partido político, centralizado, con estatutos que rigen su funcionamiento, con un programa y con la elección de una dirección central que orientará sus actividades prácticas y políticas entre un congreso y otro.


Un reagrupamiento revolucionario


La creación del CRCI es el resultado de un verdadero reagrupamiento revolucionario. Algunos partidos, como el PCO o el PO de Argentina, tienen un largo trabajo en común que viene de la lucha contra la política burocrática y ultraizquierdista en el interior del CORCI, en 1978-9; otros como la organización italiana, AMR Progetto Comunista, que actúa como fracción revolucionaria en el interior del Partido de la Refundación Comunista, y organizaciones menores que participaban en la OTI –Oposición Trostkista Internacional– librando un combate contra la política revisionista del llamado Secretariado Unificado de la IV Internacional. Otro sector está compuesto por el Partido Obrero Revolucionario –EEK– de Grecia, que rompió con el antiguo Comité Internacional dirigido por el partido inglés del fallecido Ferry Healy.


A partir de una conferencia realizada en Génova en 1997, se fue formando un movimiento sobre la base de un acuerdo programático de principios que contenía cuatro puntos fundamentales:


“1) La actualidad de la lucha por la revolución socialista mundial y la dictadura del proletariado. 2) La reafirmación de la caracterización de la IV Internacional sobre los frentes populares como un bloque con a la burguesía “democrática”, que condena al partido del proletariado a ser un apéndice del capital. 3) La necesidad de la revolución social y política en la antigua Unión Soviética, el Este europeo, China, Indochina, Corea del Norte y Cuba. 4) La elaboración de una estrategia anticapitalista basada en el método de las reivindicaciones de transición” (de la Declaración de Génova).


Estos puntos básicos diferencian, desde el inicio, este agrupamiento de todos los demás emprendimientos que procuran hablar en nombre de la IV Internacional.


Contra las tendencias a la completa adaptación a los regímenes “democráticos” imperialistas observada en todas las organizaciones más antiguas, como el SU, la LIT, el CIO etc., se coloca claramente en la lucha por la revolución socialista y por la dictadura del proletariado. Se posiciona por la revolución política en los Estados Obreros y antiguos Estados Obreros, contra las tendencias a apoyar la “democratización” imperialista o la burocracia dominante, tendencias entre las cuales se dividirán la abrumadora mayoría de las corrientes que se reivindican de la IV Internacional. Contra la avasalladora tendencia a la integración directa e indirecta a los frentes populares, el naciente movimiento coloca claramente en su programa la lucha contra los frentes populares. Finalmente, contra las sectas incapaces de buscar el camino para las masas con un programa revolucionario, se declara por la defensa de las reivindicaciones de transición del programa histórico de la IV Internacional.


El nuevo agrupamiento declaró en ese momento, también con claridad, que rechazaba completamente la afirmación del llamado Secretariado Unificado de la IV Internacional de que fuera la continuidad de la IV Internacional, o incluso que pudiera ser reformado en este sentido.


La discusión en el Congreso


Estos principios fueron reafirmados integralmente en el Congreso, con un acuerdo integral de las organizaciones que habían sido signatarias del compromiso de Génova y de nuevas corrientes que se incorporaron desde entonces. El programa, el manifiesto y las demás resoluciones políticas parten de esta base principista para elaborar una unidad programática más amplia.


Asimismo, el Congreso no interpretó que la discusión preparatoria allí realizada fuera un punto de llegada, sino un punto de partida. Fue aprobado un esbozo de tesis programáticas que deberá, ahora, ser sometido a las secciones nacionales para una elaboración definitiva del programa de la nueva organización.


En breve, estaremos publicando en nuestra página este documento con las modificaciones realizadas en el Congreso.


Al mismo tiempo fue aprobado un estatuto que deberá regir, a partir de ahora, la vida de la nueva organización. En este estatuto está definido el Congreso Internacional, a ser realizado inicialmente cada dos años, como un mecanismo fundamental de decisión, quedando definida la publicación de una revista y un boletín interno, así como una página de Internet, para llevar adelante una lucha por las posiciones políticas revolucionarias y socialistas de la IV Internacional.


Uno de los puntos centrales de este estatuto son las condiciones para las secciones nacionales, que no sólo deben concordar con el programa y estatuto, sino que también deben tener una actitud combativa en sus propios países. En este sentido, consta como una exigencia que todos los agrupamientos deben tener una prensa propia y una intervención en la lucha de clases de sus propios países.


Una Dirección Internacional


Al final del Congreso se eligió una dirección de nueve compañeros compuesta por los siguientes compañeros: Jorge Altamira (PO), de Argentina, Rui Costa Pimenta (PCO) y Anaí Caproni (PCO), de Brasil; Franco Grisolía (AMR-PC) y Marco Ferrando (AMR-PC), de Italia; Michael Savas-Matsas (EEK), de Grecia; Ianir (Liga Obrera de Palestina); Rafael Fernández (PT), de Uruguay; y Peter Johnson (Liga Trotskista), de los EE.UU. Además de estos compañeros, fueron elegidos tres suplentes, Osvaldo Coggiola y Luis Oviedo (del PO), y un compañero de la Oposición Trotskista de Bolivia. De estos nueve compañeros, tres compondrán una Ejecutiva, encargada de llevar adelante las decisiones políticas entre una reunión y otra de la dirección internacional, compuesta por los compañeros Altamira, Grisolía y Savas.