El Deutsche Bank y el J.P. Morgan al rescate del Vaticano

Ni dios ni el diablo. Lo que Forzó al Papa a intervenir el Banco del Vaticano (IOR) fue la irresistible presión del Deutsche Bank y del J.P. Morgan. El dato acaba de ser revelado por el diario más importante del capital financiero, el “Financial Times”.


De acuerdo a éste, los banqueros alemanessuspendieron los servicios de asistencia financiera al IOR (Banco Vaticano)y una interrupción de sus operaciones de hecho.


Luego de que fuera eyectado de su puesto el presidente del “Banco de Dios” -Ettore Gotti Tedeschi -, en medio de un escándalo sobre las disputas por el manejo delictivo de la institución por parte de los clanes rivales del alto clero italiano, al frente del IOR fue colocado un poderoso aristócrata y banquero…alemán, Ernest Von Freyberg.


El papel protagónico que tuvo en este tumultuoso proceso el J.P Morgan tiene su interés, porque el episcopado norteamericano fue uno de los grandes electores de Francisco. No sólo esto: para el llamado saneamiento de las finanzas vaticanas fueron convocadas poderosas consultoras financieras norteamericanas: la auditoría Ernst and Young y el PromotoryFinancial Group. Ahora, sobre el final de diciembre, se anunció que se integra al pelotón de banqueros “controladores” otra de las mayores consultoras del planeta: la KPMG. Lo que plantea todo esto es que la gran banca, capitaneada por el Deutsche Bank, se abocó a una verdadera operación de “bail in” (rescate bancario a costa de accionistas y acreedores) del Vaticano. Sin demasiadas vueltas, los banqueros teutones plantearon que la puesta en caja del IOR era impostergable. El Vaticano y sus negocios son parte de la bancarrota general.


Los hombres de la banca ya han cerrado centenares de cuentas del IOR “sospechosas” por sus vínculos con el lavado de dinero, la mafia y el narcotráfico.


La operación de “rescate” del Vaticano operó sobre el filo de la navaja. La descomposición en la cúpula de la Iglesia había llegado a tal punto que, como recuerda un suplemento especial de La Nación de este 22 de diciembre, “la Iglesia se encaminaba al suicidio”. Al modo inglés, la revista Time, que designó a Bergoglio como “el hombre del año”, sintetizó: “Sin cambiar la letra, logró cambiar la música”. Gatopardismo, dicen los italianos.


El rescate a costa de los propios beneficiarios de los negociados del IOR, abre un período de conflictos, no los cierra. Los lavadores de dinero se defenderán con uñas y dientes, entre otras cosas porque tienen parte de su dinero en los bancos ‘salvadores’. Días atrás, el Opus Dei, una orden plagada de banqueros, llamó a darle todo el apoyo a Francisco. Poco antes lo había hecho otra orden del mismo tenor, “Comunidad y Liberación”. Cierran filas ante el abismo.