El diario La Nación e Izquierda Unida

El viaje de Pitrola a Montevideo, hace dos semanas, para participar en un acto de la Unión de Trabajadores Desocupados, junto a seis sindicatos combativos de Uruguay, desató una histeria política en ambas orillas, que no se confinó a los círculos reaccionarios. El Frente Amplio y la burocracia de la Central sindical uruguaya se pusieron a la cabeza de las diatribas. Esto explica que el diario clerical de la oligarquía agraria y financiera de la Argentina, La Nación, les dedicara un editorial, el pasado 21 de septiembre. La familia Mitre reivindica en ese espacio al “dirigente Juan Castillo, de la central obrera uruguaya PIT-CNT”, por haberse “manifestado sin ambigüedades", contra el "terrible" intento "de crear un centro piquetero en Uruguay" y, después, "una red latinoamericana de piqueteros”.


Es imposible subestimar el significado de este frente entre La Nación y la burocracia frenteamplista en las vísperas de las elecciones en Uruguay. Constituye una declaración de identificación principista entre los más rancios explotadores con la izquierda uruguaya. Pone en claro, por sí sola, cuál debe ser la posición política de cualquier luchador honesto en esas elecciones y en relación al FA, el cual concurre a ellas en una alianza, el Encuentro Progresista, con la patronal de ese país.


No se puede pasar por alto, sin embargo, el agudo contraste entre el macartismo anti-piquetero de la derecha y la izquierda de Uruguay con la que fue la posición del gobierno colorado de José Batlle y Ordoñez cuando, en 1902, fue aprobada en la Argentina la ley de residencia, 4144, que autorizaba a deportar a sus países de origen a los obreros inmigrantes castigados por actividades sindicales o políticas. Todos fueron acogidos en Montevideo, oficialmente, cuando el barco que los transportaba recalaba en su puerto.


Entre aquel burgués colorado y esta iz­quierda rosada media un abismo a favor del burgués.


Izquierda Unida y ‘sus’ piqueteros que apoyan al Frente Amplio no han abierto la boca contra esta campaña miserable; ¿la siguen mirando por TV?