Un reciente artículo de Ahmad Melhem aparecido en Al Monitor (14/7) describe una intensificación y aceleración de los enfrentamientos en Cisjordania y Jerusalén, en curso desde el asesinato de Mohammed Abu Khdeir (el joven de 16 años que fue quemado vivo por un grupo de colonos), al calor de los bombardeos sobre Gaza. Entre el 11 y el 12 de julio, miles de jóvenes palestinos protestaron en más de treinta ciudades, en acontecimientos que no se registraban desde la última Intifada. En algunas de esas localidades, los sublevados lograron alzarse con los puestos de control militar israelíes. Decenas de manifestantes fueron heridos con balas de plomo. Los enfrentamientos se producen sin mayor planificación, según el articulista, debido a la ausencia de un liderazgo nacional. Al repudio que generan las acciones criminales contra Gaza se añade el malestar y la desconfianza con la dirigencia de la Autoridad Palestina, que ha apelado a su aparato de seguridad para tratar de contener la furia de la población. Un parlamentario del Frente Popular para la Liberación de Palestina afirma que “los enfrentamientos que estamos presenciando hoy en día son el preludio de una próxima explosión”. Otro parlamentario afirma que los líderes palestinos han perdido confianza, y se plantea la posibilidad de una nueva Intifada.
La ofensiva sobre Gaza y el crimen de Mohammed Abu Khdeir generan un efecto indeseado por el sionismo: pulverizan la autoridad política de su único interlocutor (Abbas) y unifican a las masas palestinas en el combate contra la ocupación.
(El artículo, “West Bank clashes intensify amid Gaza war”, puede leerse en http://cor.to/newintifada).