El final vergonzoso del Foro de San Pablo

Perdido entre diversas notas, nos enteramos por medio del se­manario Propuesta que el Movimiento Bolivia Libre fue separado del Grupo de Trabajo del Foro de San Pablo. El MBL integra el go­bierno proimperialista y fascistizante de Sánchez de Losada, que gobierna Bolivia mediante el esta­do de sitio, acaba de reprimir una huelga general encarcelando a 400 dirigentes y activistas sindi­cales y se encuentra en la actuali­dad usando al ejército para erra­dicar los cultivos de coca, debido a una orden que le dio el gobierno norteamericano. El Partido Obre­ro rompió con el Foro de San Pablo en ocasión del Encuentro que se realizó hace poco en Montevido, debido al rechazo de sus integrantes a la moción de expulsar al MBL de sus filas, por represor, policial, antiobrero y fascistizante. El Grupo de Trabajo oficia como dirección del Foro de San Pablo.


La ausencia de mayores detalles en la información que brinda el semanario del partido comunista, permite deducir que la se­paración se hizo con el acuerda del MBL La transacción entre los partidos líderes del Foro y el MBL consistió en evitar una condena pública de éste, que hubiera comprometido a esos partidos del Foro, que tienen, todos ellos, lazos suficientemente sólidos con sus respectivos Estados nacionales y, en algunos casos, con el imperialismo. Para evitar inevitables “dificultades” futuras, se le ofreció al MBL la puerta de servicio


Toda esta maniobra acentúa el encubrimiento de la represión imperialista que realiza el £r0 de San Pablo. Lo ocurrido en el último Encuentro marca el pasaje definitivo de los democrati­zantes al campo del imperialismo en un sentido militante. El reda­mo del Partido Obrero, respalda­do por otras diez organizaciones políticas, ha servido para desen­mascarar al Foro y a sus partidos principales ante la gran masa de activistas y luchadores latinoa­mericanos, e incluso del resto del mundo. Se trata, por supuesto, de una labor de delimitación política que el PO ha realizado desde el primer Encuentro, en 1991, y que lo llevó en todas las oportunida­des a votar solo, en disidencia, las declaraciones finales. Al rechazar la expulsión del MBL, el Foro de San Pablo ha eliminado la última condición que hubiera permitido que siguiera funcionando como un ámbito de discusión política. Esta deja de ser posible entre re­presores y reprimidos, verdugos y víctimas, el imperialismo y los trabajadores. La exigencia del PO no fue arbitraria sino de princi­pios y vinculada a una cuestión estratégica en la política latinoa­mericana. Desnudó el carácter anti-democrático de los partidos democratizantes. Esa condición principista fue vigorosamente re­conocida incluso por Cuhautémoc Cárdenas ante los soberbios periodistas de Rock and Pop, aun­que el hecho subraya la inconsis­tencia y falta de principios del mexicano, que se empeñó en evi­tar que se votara la expulsión del MBL


Como está dicho, el partido comunista reproduce la noticia en su periódico sin acompañarla de ningún comentario, pues des­de un inicio se ha negado a tocar el tema del MBL, esto a pesar de que la expulsión fue reclamada por organizaciones como los Tu­pamaros o el partido comunista de Paraguay. Los redactores de Propuesta tejen y destejen co­mentarios sobre el “posibilis­mo” de éste o aquel planteamien­to efectuado en el Foro, y encu­bren la gruesísima cuestión de que el Foro anida en su seno y protege políticamente a los repre­sores de las masas latinoamerica­nas.


El Partido Obrero ha desnuda­do al Foro de San Pablo desde la propia tribuna de éste, que es una tribuna continental. No entender el significado de esta gigantesca acción política es propio de sec­tas.