El FIT-Unidad se concentró frente a la embajada de Brasil

Jornada de lucha contra el gobierno de Bolsonaro. Marchas masivas y actos en todo el mundo.

Willy Monea Ojo Obrero Fotografía

Decenas de miles de personas se movilizaron este sábado 19 en Brasil contra el gobierno de Jair Bolsonaro, como parte de una jornada de lucha convocada por organizaciones obreras, juveniles, sindicales y políticas. En Buenos Aires, el Frente de Izquierda – Unidad se concentró frente a la embajada del país hermano en Buenos Aires, para sumar su apoyo. A su vez, emitió una declaración conjunta.

Guillermo Kane, dirigente del Partido Obrero y diputado mandato cumplido por la provincia de Buenos Aires, recordó las movilizaciones previas del 29 de mayo (también masivas) contra el gobierno del exmilitar y destacó que son parte de las tendencias a la rebelión popular en Latinoamérica contra los gobiernos que aplican los planes de ajuste fondomonetarista en todo el continente. En tal sentido, mencionó las recientes rebeliones en Perú, Paraguay y Colombia. Se refirió también a la enorme movilización piquetera del viernes 18 en Argentina, que desafió el ajuste del gobierno “nacional y popular” de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Criticó la desastrosa gestión de la pandemia por parte de Bolsonaro y el vaciamiento del sistema de salud. El gobierno brasileño se opuso a dictar las medidas básicas de aislamiento social para congraciarse con los empresarios que querían que la economía siguiera funcionando a toda costa. Hoy son casi 500 mil los muertos. Al mismo tiempo, Kane denunció el plan de entrega de Bolsonaro y su ministro de Hacienda, Paulo Guedes, que incluye el desguace de Petrobras y ahora también un proceso de privatización de Eletrobras, entre otros puntos.

“Bolsonaro es una cabeza de playa del imperialismo y de todas las maniobras golpistas en la región”, dijo, recordando el respaldo del exmilitar al golpe en Bolivia. Por eso, planteó que la lucha de los trabajadores brasileños “es de interés del conjunto del continente”.

Pero cuestionó la línea de Lula Da Silva y el PT, que consiste en centrarse en las elecciones de 2022, para las que está negociando un “frente amplio” con corrientes de derecha. En oposición a ello, planteó la necesidad de un plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general, para echar ahora a Bolsonaro, su vice Hamilton Mourao y todo el régimen corrupto.

Christian Castillo, del PTS, recordó que Bolsonaro llegó al gobierno después de la proscripción de Lula y para continuar una agenda de ajuste que habían impulsado ya el gobierno de Michel Temer y antes el de Dilma Rousseff. Inscribió las movilizaciones brasileñas dentro del cuadro de agitación popular en la región, “que hace que todos los gobiernos estén temblando, porque cualquier chispa puede encender la pradera”.

Mónica Schlotthauer, trabajadora ferroviaria y diputada nacional por Izquierda Socialista, dijo que “el gobierno de Bolsonaro-Mourao representa a lo más rancio de los latifundistas esclavistas de Brasil, a los capitalistas y al FMI. Es un gobierno misógino y asesino”. A su vez, sostuvo que “está más preocupado por la Copa América que por abrir los hospitales para vencer la pandemia”. Planteó que la jornada brasileña del 19 debe tener continuidad.

En tanto, Celeste Fierro, del MST, subrayó que en más de 70 ciudades del mundo hubo actividades de solidaridad con el pueblo brasileño en esta jornada de lucha. Destacó “una nueva situación” en que los pueblos de la región “quieren que se termine con el statu quo” dominante que garantizan tanto los gobiernos derechistas como los “nacionales y populares”.