Internacionales
27/3/2014|1307
El FMLN, por una cabeza

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EL SALVADOR
Cuando el Tribunal Electoral salvadoreño anunció el ajustado triunfo del Frente Farabundo Martí, por 6.000 mil votos, en el ballotage del 3 de marzo, el candidato de la derechista Arena anunció que "no vamos a permitir fraudes como en Venezuela" (El País, 10/3), reclamó un conteo voto por voto, y aseguró que las Fuerzas Armadas estaban dispuestas a acompañarlo en la cruzada. Algunas horas más tarde, sin embargo, "se reunió con los jueces electorales y dijo que 'levantaría el pie del acelerador'" (ídem).
En el interín, la vocera del Departamento de Estado yanqui, Jean Psaki, había llamado a lograr una "conclusión pacífica a cualquier disputa" (La Página, 13/3). Aseguró, además, que "esperamos trabajar en estrecha colaboración con el candidato que el pueblo de El Salvador haya elegido" (ídem), o sea el FMLN. La misión de la OEA aseguró que el resultado fue legítimo. Las fuerzas armadas prometieron lealtad al gobierno. El imperialismo vetó cualquier 'guarimba', a diferencia de lo que ocurre con Venezuela. Desde la elección del presidente saliente, Daniel Funes, del FMLN, El Salvador, como otros estados de América Latina, ingresó en la órbita de la cancillería de Brasil. Aun así, el FMLN apenas logró una diferencia con la derecha del 0,2%, luego de haber ganado en forma harto holgada la primera vuelta. Estamos ante un retroceso espectacular del centroizquierda.
El primer gobierno del FMLN centró su acción en armar una malla de contención social (copa de leche en las escuelas, asistencia a desempleados) y establecer una tregua con las pandillas (maras). No ha superado los problemas estructurales del país, que depende aún más que antes de las remesas que envían los más de 3 millones de salvadoreños que viven en el extranjero. Arena hizo una campaña de identificación del gobierno con el chavismo, postuló la "mano dura" contra el crimen, y efectuó planteos del estilo de sumar al ejército a los jóvenes que no estudian ni trabajan. En el ballotage, Arena capitalizó todos los diez puntos de la fuerza Unidad, un desprendimiento moderado, cuyos votos lo habían separado del FMLN en la primera vuelta.
¿Qué puede venir? El candidato electo del FMLN, Sánchez Cerén, uno de los negociadores de los acuerdos de Chapultepec de 1992 (que concluyeron en la desmovilización de la guerrilla y su incorporación al sistema político), propuso a Arena "trabajar juntos para construir una agenda de nación" (El Faro.net, 10/3). El ascenso de una deuda que ronda el 60% del PBI y el déficit fiscal colocan, en el horizonte de ambas fuerzas políticas, el ajuste contra las masas.