Internacionales
24/3/1994|414
El FMLN se declaró oficialmente proimperialista
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En las elecciones presidenciales salvadoreñas que acaban de realizarse, el mayor Armando Calderón —el derechista candidato del partido oficial Arena y hombre de los “escuadrones de la muerte"— no logró obtener el 50% por un margen muy estrecho. En consecuencia, deberá realizarse una segunda vuelta electoral entre el Arena y la coalición integrada por el FMLN, que obtuvo el 20% de los votos. Este resultado fue calificado por voceros del FMLN como “una victoria” (Clarín, 22/3), a pesar de que el 48% de la ciudadanía se inclinó por la abstención.
¿Qué significado tienen estas palabras en la boca de la dirección de un partido que, desde la firma de los “acuerdos de paz", se ha convertido en la “Junta de administración" de un conjunto de empresas privadas y cuyo máximo dirigente —Shafick Handal— se ha convertido en el mayor propagandista de la necesidad de un "entendimiento” entre la izquierda latinoamericana y el imperialismo yanqui?
En el curso de la campaña electoral, un representante del FMLN —Ernesto Zelayandía, jefe del staff del candidato a presidente Rubén Zamora— mantuvo una reunión con los más importantes “hombres de negocios” de El Salvador. Allí, frente a los explotadores, el hombre del FMLN fue taxativo: si ganáramos las elecciones— dijo— el nuestro “ni siquiera será un gobierno de Izquierda” (la Nación, 18/3). ¿Y cuál sería la política de ese “gobierno que no será de Izquierda"?
“El gobierno de Cristiani ha conseguido resultados macroeconómicos que sería tonto dilapidar”, señala Zelayandía. La palabra “macroeconómicos" se refiere ai ingreso de capitales externos que se ha venido operando en los últimos meses en El Salvador a la sombra de los “acuerdos de paz" pero, por sobre todo, de los movimientos especulativos del capital norteamericano. “Nosotros —continúa Zelayandía— vamos a darte continuidad a la política monetaria, fiscal y cambiaría…” de Cristiani, es decir, del gobierno de los “escuadrones de la muerte”. Aclaremos, por si hiciera falta, que esta “política monetaria, fiscal y cambiaria” que el FMLN se candidatea a continuar ha hundido a la inmensa mayoría de la población salvadoreña de la miseria.
Más aún: “estamos de acuerdo con la apertura de los mercados y con las privatizaciones”, sostiene Zelayandía, quien además reconoce que el FMLN ha abandonado el reclamo de la redistribución de las tierras “que por cierto era una de nuestras banderas pero después de la guerra eso no se puede seguir planteando”.
El ex guerrillero "explica" su “transformación”: “hay que desideologizar la política... aquí no hay que hablar más de derecha y de Izquierda”, dice. Esto significa que la dirección del FMLN no tiene ninguna divergencia de principios con la burguesía, ni con su régimen político, ni con los partidos derechistas, ni con el imperialismo.
Esto se extiende también, lógicamente, a las fuerzas represivas del Estado. “El ejército ya no reprime a la oposición”, mintió Zelayandía ante los empresarios. El Financial Times (8/3), al que no se puede acusar de pecar de izquierdista, recuerda que en los últimos tiempos se han producido "docenas de asesinatos de antiguos guerrilleros de Izquierda". El FMLN no sólo ha "desideologizado" la economía y la política. ¡También ha “desideologizado” las masacres! Y a tal punto que el candidato “Izquierdista”, Rubén Zamora, se refiere al mayor Calderón —un hombre señalado hasta por los norteamericanos como organizador de los "escuadrones de la muerte" responsables del asesinato de 50.000 salvadoreños, y durante mucho tiempo mano derecha del terrorista D'Aubisson— por su nombre de pila. Armando. Después de semejante confesión de fe capitalista y represora, es comprensible que tos explotadores salvadoreños hayan aplaudido de pie la exposición de Zelayandía.
El corresponsal de La Nación en El Salvador, que relata la reunión del FMLN con los capitalistas, señala que “la drástica mutación del FMNL, que de movimiento guerrillero marxista devino en partido político dispuesto a seguir los lineamientos del FMI, es uno de los fenómenos más llamativos del proceso electoral”. Llamativo, quizás; singular, no, porque esta “mutación” es común a toda la izquierda democratizante continental.
Por esto, el 48% del pueblo le dio la espalda al FMLN