Internacionales
22/3/2021
El horror de la ruta migratoria de África a Medio Oriente
Traficantes echan por la borda a migrantes para aliviar el peso de los barcos.
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El pasado miércoles 3, una embarcación con 200 migrantes, en su mayoría etíopes, sudaneses y somalíes, partió desde la costa africana de Yibuti hacia Yemen, intentando luego llegar hasta Arabia Saudita. En un momento dado, los traficantes alertaron del peso de las embarcaciones y arrojaron a ochenta personas por la borda. Según denunció la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que unas veinte murieron ahogadas (Euronews, 4/3).
La ruta migratoria que une Yibuti con el Medio Oriente, a través del mar, es seguida por cientos de miles de personas que huyen de las hambrunas y las guerras en el continente africano. Los etíopes peregrinan cientos de kilómetros por el desierto hasta llegar a las playas de Yibuti, soportando temperaturas de hasta 50 grados. Una vez en Yemen, los migrantes intentan cruzar a Arabia Saudita u otros países de la región en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Sin embargo, a partir de la pandemia, el cierre de fronteras hizo que miles quedaran varados en Yemen, un país que padece la agresión armada del imperialismo y las monarquías de la región, así como también la miseria más extrema. A raíz de ello, mucha gente empezó a tomar la ruta migratoria en sentido inverso, desde Yemen -otra vez- hacia el continente africano.
En Etiopía se desenvuelve actualmente un conflicto armado entre el gobierno de Sahle-Work Zewde y el gobierno local de Tigray, el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT). Sudán experimentó una larga guerra civil que culminó en la separación de Sudán del Sur, un país que al poco de nacer vivió su propia guerra civil. Somalia se encuentra en un estado de desintegración nacional desde la invasión imperialista de comienzos de los 90.
Como sucede con las caravanas migratorias centroamericanas o en el Mediterráneo, es la situación catastrófica la que arrastra a que millones intenten escapar, inclusive poniendo en riesgo sus propias vidas, sometiéndose a los peligros del tráfico ilegal. El número de refugiados y desplazados internos había alcanzado a nivel global la cifra récord de 80 millones de personas a fines de 2019.
La crisis de los refugiados es una de las mayores expresiones de la barbarie capitalista. Defendemos el derecho al asilo incondicional. Abajo las mafias traficantes de migrantes y la guerra imperialista.