El imperialismo francés reprime las protestas en Nueva Caledonia

Francia desplegó más de 2 mil efectivos en el archipiélago

Desde mediados de mayo, se desarrollan importantes movilizaciones en Nueva Caledonia (Kanaky, según la denominación nativa) contra una reforma aprobada por el parlamento galo que pretende otorgar el derecho a voto a los residentes franceses que llevan al menos diez años en el archipiélago que está bajo el dominio colonial de París desde el siglo XIX. El gobierno de Emmanuel Macron respondió con un feroz operativo represivo, que incluye el despliegue de más de 2 mil soldados, policías y gendarmes en el territorio, la imposición del estado de emergencia, e incluso el bloqueo de la red social Tik Tok. Por su parte, milicias de colonos hostigan también a quienes se movilizan. Hasta el momento, hay seis muertos.

El presidente galo arribó este miércoles 22 a Numea, la capital caledonia, para marcar terreno. La reforma que impulsa el Ejecutivo francés, a la que aún le resta la aprobación conjunta de las dos cámaras legislativas, diluye el peso electoral de la población nativa (canacos) y amplía la influencia de la población colonizadora (caldoches). El archipiélago tiene alrededor de 300 mil habitantes. Los canacos son el sector mayoritario y el que padece peores condiciones económicas.

El arribo de Macron pone de relieve la importancia estratégica que tiene Nueva Caledonia para el Palacio del Elíseo: se trata de uno de los mayores reservorios de níquel a nivel mundial (un insumo clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos) y alberga bases militares en el corazón del Pacífico, que es fuente de disputas a varias bandas entre las potencias capitalistas y China.

Las protestas son impulsadas por la Célula de Coordinación de Acción sobre el Terreno (CCAT), uno de los grupos independentistas, atacado directamente por Macron en declaraciones públicas.

Francia integró a Nueva Caledonia a su imperio colonial en 1853, utilizándola como una zona penitenciaria. El hallazgo posterior del níquel revalorizó su rol. En 1988, tras un conflicto armado, se inició un proceso en que París le concedió una autonomía limitada, pero retuvo las principales atribuciones, como la seguridad, la defensa, la justicia y el control de la moneda.

A su vez, como parte de los acuerdos de Numea, de 1998, Francia se comprometió a la realización de tres referéndums sobre la independencia. En 2018 y 2020, el No se impuso por estrecho margen, con un 60% de participación, aproximadamente. En 2021, se armó una tercera votación completamente amañada, en medio de la pandemia, sin posibilidad de hacer campañas políticas. La comunidad nativa la boicoteó: el No se impuso con casi el 100% de los votos, pero la abstención fue récord: solo asistió a las urnas poco más del 40% del padrón electoral.

Indudablemente, las reformas de Macron apuntan a revertir esta situación.

Las protestas masivas de Nueva Caledonia se inscriben en un retroceso del imperialismo francés, cuya mayor expresión es la expulsión de sus tropas de Mali, Burkina Faso y Níger.

Apoyamos el derecho a la autodeterminación y a la secesión del pueblo canaco. Fuera el imperialismo de Nueva Caledonia.