El Mst está entregado

La dirección del Mst a vuelto a embarcar a su partido en una aventura capituladora frentepopulista y de colaboración de clases, que tiene como objetivo inmediato construir un acuerdo electoral con Pino Solanas y el sector que lo sigue en el Frente Grande.


“Contra el modelo”


“La Corriente Grande afirma que el suyo es un programa abierto y para discutir, y que su objetivo proclamado es agrupar a quienes están contra el modelo. Le tomamos la palabra y planteamos ya mismo dar pasos en esa dirección”, afirma la dirección del Mst en su periódico (1/12/94), como conclusión de una crónica elogiosa del acto que realizó Pino Solanas en Atlanta. Para dicho acto, Zamora envió en nombre del Mst un “saludo” en el que plantea la necesidad de una “alternativa para las próximas elecciones… que plantee la independencia del país del FMI y el ajuste a los grupos económicos”, una verdadera vaguedad que bien podría suscribirla cualquiera que no esté integrado al círculo de Menem y Cavallo. Por eso el Mst propone un frente “antimodelo”, es decir que albergue las alternativas de los monopolios capitalistas que tengan alguna disconformidad con la política oficial. Este planteo está confeccionado, no a partir de convicciones, sino por la  busqueda de un frente encabezado por Solanas —un carrerista político de la burguesía, que integra el Interbloque parlamentario con “Cavallo” Alvarez y Bordón.


El Mst se viene esforzando desde hace meses por embellecer todo lo posible a Pino Solanas y a su corriente. Así, en Semanario Socialista (28/9) decía:“Frente a tanto giro a la derecha, la propuesta de Pino de revisar las privatizaciones y reestatizar YPF y las demás empresas energéticas que este gobierno nos robó, generó expectativas en la militancia”. “Este planteo es un gran punto de partida para enfrentar el plan de hambre y entrega”, macanea el Mst. En su propia propuesta de programa, para superar las “limitaciones” del de Solanas, el Mst propugna “anular las privatizaciones” (no ya expropiar a los privatizadores) tal como Solanas lo hace para YPF. Pero la sola anulación de la privatización significa indemnizar a los privatizadores, pagando cifras fabulosas (proceso que ya fue realizado por el gobierno de Illia en 1963-4 con relación a los famosos contratos petroleros). Pero incluso este programa puede ser negociado, según el Mst, por lo que propone “explorar la posibilidad de converger alrededor de puntos programáticos mínimos que sustenten una alternativa de unidad frente al modelo de Menen-Cavallo- FMI”.


Siempre empujando


El Mst hizo una campaña para que el Perro Santillán se convirtiera en candidato a presidente de un Frente de Trabajadores. Pedía que “empujaran” a Santillán para que aceptara la nominación. A la dirección del Mst no se les escapaba que Santillán, bajo la influencia del Ptp, quería un frente que apoye la candidatura de Pino, y ahora se han sumado a los que “empujan” en este sentido.


“Llamamos a todos los que ven que el Chacho, Bordón y demás dirigentes del FG no van a llevar adelante ninguna medida en defensa de nuestros intereses, a que empujen a Solansas a avanzar en su propuesta y romper con el Frente Grande cuyas principales figuras dicen que no quieren luchar por la Independencia Nacional, no quieren liberarnos del saqueo de la deuda” (28/9, Semanario Socialista).


El Mst levanta un programa nacionalista vulgar y reformista, y abandona por completo todo planteo de independencia obrera. No es casual, entonces, que en el debate de autoconvocados donde el PO criticó un proyecto programático presentado por el Ptp por su carácter nacionalista de derecha, el Mst solo haya propuesto “realizar algunas modificaciones” (ver crónica al respecto en el periódico del Ptp).


La dirección del Mst está políticamente entregada. Retoma su línea de capitulación ante el FG, que había iniciado luego de las elecciones del 3 de octubre pasado, y que fue frustrada por el voto del FG a favor de la represión y de Cavallo contra Santiago del Estero. Si el santiagueñazo y la política contrarrevolucionaria de Pino y sus secuaces, pero en especial la ausencia de elecciones a la vista, los obligó a llamarse a silencio, ahora… han vuelto a las andadas.