El nuevo convenio colectivo en la General Motors

El sindicato automotriz de Canadá (CAW, Canadian Auto Workers) ha en­trado en huelga contra la GM: en el minuto cero del jueves 3, tres plantas de montaje y una de autorpartes -que en­globan en total a 15.000 trabajadores, de los 27.000 de la GM Canadá- fueron paralizadas por la huelga. El sindicato anunció que progresivamente se irán sumando nuevas plantas: cuando esta edición de Prensa Obrera esté en la calle, la huelga ya habrá alcanzado a la totalidad de las plantas del la GM en Canadá. Según diversos analistas, si la huelga dura hasta mediados de octubre, afectará seriamente las operaciones de la GM en Estados Unidos (cuyas plan­tas de ensamblaje utilizan autopartes fabricadas en Canadá); si la huelga se extiende hasta fines de mes, obligará al cierre de las operaciones de la empresa en toda América del Norte. Aunque en el pasado las huelgas de la CAW contra alguno de los ‘Tres Grandes’ (GM, Ford y Chrysler) han sido de corta dura­ción, la dirección sindical anunció que el fondo de huelga cuenta con recursos suficientes para mantener la huelga durante tres meses.


La huelga comenzó después del re­chazo frontal de la patronal a aceptar en el nuevo convenio colectivo una clausula de ‘seguro de empleo’, similar a la aceptada por la Chrysler: por cada pues­to de trabajo perdido por operaciones de subcontratación de autopartes, Chrys­ler se comprometió a crear un puesto de trabajo en otras plantas. GM Canadá, que ya despidió a 12.500 trabajadores en los últimos tres años, anunció el cierre de dos plantas de autopartes y la reducción de otras, lo que provocará el despido de otros 5.500 obreros.


¿Acuerdo en los Estados Unidos?


Mientras tanto, las negociaciones entre la GM y el sindicato automotriz en los Estados Unidos han dado “un giro sorprendente” (The Wall Street Jour­nal, 4/10). Cuando se esperaba una con­frontación abierta por la negativa pa­tronal a aceptar la mencionada clausula de ‘garantía del empleo’ similar a la establecida en los convenios colectivos de la Ford y la Chrysler, voceros de la empresa dejaron trascender que “Ge­neral Motors se está acercando a un acuerdo sobre un nuevo convenio colectivo que le permitirá desha­cerse de ciertas operaciones no competitivas y le dará la flexibili­dad necesaria para reducir su fuer­za de trabajo” (ídem).


GM no acepta la ‘garantía de em­pleo’ instituida en los convenios con la Ford y la Chrysler, porque sólo le permi­tiría despedir a 12.000 obreros, muy lejos de su ‘objetivo’ de 50.000 a 70.000 cesantías mediante la subcontratación de la fabricación de autopartes. ¿Qué ha ocurrido para que la GM se avenga aho­ra a aceptar la ‘garantía’?


“La GM parece dispuesta a aceptar(la) -informa The Wall Street Journal (ídem)- porque un número de condiciones especiales le otor­gan a todas las compañías la liber­tad para calcular el número de ‘em­pleos garantizados’ Una de las “claúsulas previamente desconoci­das” en los contratos con la Ford y Chrysler, establece que la ‘garantía de empleo’ regirá sólo para las ‘operacio­nes rentables’… lo que le permitiría a la GM excluir de la ‘garantía’ a 14 fábricas que considera ‘no rentables’ (The Wall Street Journal, 1/10) Otras clausulas, también ‘desconocidas’ hasta ahora, “permiten a las empre­sas evitar la garantía de empleo cuando la reducción de personal es consecuencia de mejoras en la pro­ductividad” o “cuando los trabaja­dores redundantes como conse­cuencia de las mejoras en la pro­ductividad en ciertas plantas re­chazan ser transferidos a otras” (ídem). Según el comentarista, “esto podría ser una bendición para la GM, que espera tener miles de tra­bajadores redundantes en varias de sus plantas, pero no en todas, como consecuencia de su reorgani­zación productiva” (ídem). Más allá de estas disposiciones, que son comunes a todas las compañías, la UAW anunció su disposición a aceptar una ‘garantía’ del 85% o del 95% para las plantas de ensablaje y del 85% para las de autopar­tes (a diferencia del 95% para todo el personal aceptado por la Ford y la Chrysler) (Business Week, 27/9).


Si se superan las divergencias sobre la ‘garantía’, se firmaría un convenio laboral similar al de las otras termina­les, en lo que se refiere a establecer una ‘estructura salarial en dos niveles que permitirá pagar salarios inferiores, por un período más prolongado que el ya vigente, a los trabajadores que recién ingresan. Como se calcula que 250.000 trabajadores (la mitad de ellos de la GM) se jubilarán en los próximos años, las patronales podrán ahorrarse cientos de millones en los salarios de sus reem­plazantes.


El convenio que la burocracia está negociando con la GM constituye una traición a los trabajadores de la GM de Canadá y un marcado retroceso con res­pecto al mal convenio firmado con Ford.