El plan militar

Ya comienza a filtrarse el “diseño” del régimen político que el imperialismo pretende imponer después de la caída de Saddam.


Fuentes del Pentágono – señala un largo informe de The Washington Post, 23/9 – anticipan un ataque “extremadamente intenso”, con la utilización masiva de lo más avanzado de los arsenales norteamericanos, incluidas armas nunca utilizadas hasta el presente, pero “estrechamente focalizado”. Según un planificador militar, “la guerra que se está diseñando es un ataque a un gobierno, no a un país. Nuestro interés es actuar muy rápidamente, decapitar al régimen, hacer accesible el lugar, demostrando que no estamos ahí para ocupar el país (…) La campaña se concentrará en los “objetivos del régimen” – palacios presidenciales, cuerpos de guardia de Saddam, sistemas de comunicaciones, cuarteles de la policía secreta, bases de la Guardia Republicana” (ídem).


“La mayoría de las tropas iraquíes serán exceptuadas del ataque. Una persona familiarizada con el pensamiento de la fuerza aérea señaló que ‘a los militares iraquíes se les dirá: si salen de sus escenarios, serán destruidos; si permanecen en ellos, vivirán’…” (ídem).


Esta planificación “focalizada” desnuda el propósito de impulsar un golpe militar contra Saddam, lo cual dejaría en pie al régimen represivo y totalitario montado por éste. Bush pretende repetir en Irak su “política afgana”: el derrocamiento de los talibanes dio paso al régimen de los “señores de la guerra”… la mayoría de los cuales estaban en el poder con los talibanes hasta el día que comenzó el ataque norteamericano.


El imperialismo parece haber ya dado pasos importantes en esta dirección. “Oficiales de inteligencia norteamericanos están discutiendo cuáles son las unidades iraquíes que más probablemente se den vuelta. Una persona involucrada en estas discusiones predijo que las mayores unidades alrededor de Bassora, en el sur (musulmanes shiítas) no lucharían contra los norteamericanos y que algunas podrían unirse a ellos. En el norte, algunos kurdos informan contactos con oficiales iraquíes dispuestos a establecer ceses del fuego particulares” (ídem). Un funcionario del Pentágono informó que los bombardeos que se están llevando a cabo en estos días, tendientes a destruir las defensas antiaéreas iraquíes, “evitan ciertas unidades que poseen esas armas pero a las que se considera dispuestas a cambiar de bando” (ídem).


A la luz de las múltiples negociaciones en curso y de la creciente presión política y militar norteamericana, no hay que descartar que el golpe militar tenga lugar antes del ataque y sea presentado, precisamente, como la forma de “evitar la guerra”.