Internacionales
7/11/1996|518
Elecciones con fondo de crisis económica y política
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Aunque las elecciones generales en Japón, el 20 de octubre, le dieron la victoria al partido Liberal Democrático, que dirigió al país en toda la posguerra, “más del 40% de los votantes no se molestaron para ir a las mesas”, (The Wall Street Journal, 21/10); sólo concurrió “un triste 59,8 por ciento, bien por debajo del reducido récord del 67,2 por ciento en 1993 (Financial Times, 21/10).
Los partidos más castigados fueron el Socialdemócrata (cayó de 26 a 15 parlamentarios) y el Nuevo Precursor (de 9,1 ahora 2), “los que le habían dado credenciales izquierdistas al conservador LDP aliándose en el gobierno previo” (ídem). La principal oposición política, el partid o Nueva Frontera, pasó de 156 parlamentarios a 160.
El Partido Comunista del Japón (PCJ) fue el que más creció relativamente, pasó de 15 a 26 escaños. Según el The Wall Street Journal, se expresó as/ Una suave intención de fervor revolucionario” (21/10), que se apoyó en descrédito de los socialistas” (Ídem). Si bien el PCJ dice ser “lenínis proclama que sólo busca que “el capitalismo funcione con controles democráticos” (Financial Timen, 17/0), pero sus denuncias contra “las venalidades de los principales partidos Políticos” (ídem) le han permitido recientemente un gran desarrollo, especialmente en los alrededores de Tokio. Así ocurrió en Komae, donde el PCJ, en julio pasado, “batió a los candidatos de los principales partidos” en las elecciones para intendente; este “éxito se repitió —en septiembre— en el distrito central de Adachi”; en Kyoto, se “convirtió en un serio (peligro) en febrero último cuando por menos de un 1 por ciento no ganó las elecciones a intendente”; en Giffu, “uno de los más sólidos territorios conservadores”, al candidato comunista “le faltó poco para desbancar la reelección del hombre del LDP”; lo mismo en Tsudanuma, otro “dormitorio de los suburbios” (ídem).
El nuevo gobierno de Hashimoto no será una repetición de los anteriores gobiernos del LDP: “Es más abiertamente nacionalista que los previos líderes japoneses de la posguerra”
(Financial Times, 18/10), lo que podría traer aparejado, sostiene el diario inglés, “resentimientos” y “suspicacias” de China.
Este ‘nacionalismo´ tiene que ver con la enorme crisis del capitalismo nipón: “en un país -dice el T. W.S. Journal´ con profundos problemas, probablemente mucho más profundos que lo que es evidente para la mayoría de los japoneses” (21/10). Japón, según el análisis del diario tiene “un déficit presupuestario igual al 7% del producto bruto (PBI) y una deuda pública que rápidamente alcanzó los niveles de la de Bélgica o Italia, superiores al 100% del FBI” (ídem).
Inmediatamente después de las elecciones, quebró la financiera Nichiei Finance, considerada “la mayor registrada en el Japón de posguerra” (Ambito, 25/10), con “casi 9.000 millones de dólares en deudas”. “Fuentes financieras de Tokio -dicen los cables- no han escondido su temor a que si el efecto ‘dominó’ se traslada al resto de las financieras no bancarias, mientras se mantiene la tendencia alcista en las bancarrotas de las inmobiliarias, su repercusión en la gran banca sea aún superior al desastre de las ¡yusen9 (entidades de crédito) hipotecarias e incrementen aún más el clima de crisis que vive el sector” (ídem). Se acaba de anunciar, además, el “colapso” de Nippon Oil {Financial Times, 3 l/l0), la más importante distribuidora y destiladora do producto# petroleros del Japón. Sus beneficios “se hundieron un 87 por ciento” en tos 6 meses anteriores al 30 de septiembre, respecto al mismo período de 1995 (ídem). La Nippon ‘¡Himt “el precio de la política oficial, que fomentó la devaluación de la moneda nipona frente al dólar (con el objeto de ‘favorecer’ las exportaciones japonesas), mientras en el período indicado los precios del petróleo (producto que Japón importa) se incrementaron un 35%. Quiere decir que ´perdió´ por partida doble. El mismo fenómeno llevó al derrumbe en un 61% de los beneficios de la aerolínea JAL, la tercera compañía en importancia en el mundo, en el mismo período (ídem).
En Japón, “en el espacio de dos años… los tres edificios del poder – la política, la administración y las finanzas- se han agrietado” (Le Monde, 20/9).
Para Le Monde, hay un “despertar de la sociedad civil japonesa”, que se estaría expresando en los últimos meses, por ejemplo, “en el referéndum por el cual la población de Okinawa expresó su hostilidad a la presencia de las bases militares americanas en el archipiélago”, “en el voto de los habitantes de Maki (distrito de Niigata) contra la construcción de una central nuclear”, concluyendo en que mientras “el juego de los partidos provoca una opinión indiferente, la sociedad civil manifiesta un rechazo multiforme al sistema de gestión del poder” (20/9).