En Bulgaria, también la rebelión

Después de 30 días de grandes manifestaciones de masas y huelgas en la industria y el transporte, el PS búlgaro (los ex-stalinistas) ha debido ceder al reclamo de los manifestantes y allanarse a convocar a elecciones anticipadas.


Las primeras manifestaciones comenzaron como respuesta a un ‘paquetazo’ descomunal, que aumentó en hasta un 40% el carbón, la energía eléctrica, el combustible y los transportes, duplicó los impuestos municipales y devaluó la moneda en un 12% (sumando un 600% de devaluación en los últimos doce meses).


La política económica capitalista de los stalinistas ha hecho añicos las condiciones de vida de los trabajadores: el salario promedio es de 25 dólares.


Desde 1989 a la actualidad, los derechistas y los stalinistas se alternaron en el poder; unos y otros intercambiaron sucesivamente la presidencia y la mayoría parlamentaria. En apenas siete años se sucedieron siete diferentes gobiernos de uno y otro signo, cada uno de los cuales aplicó su respectivo ‘plan de estabilización’ dictado por el FMI, con un único resultado: el mayor empobrecimiento de los trabajadores y la agudización de la crisis. La refinanciación de la deuda externa —el conocido ‘plan Brady’— ha dejado al país con una deuda impagable: el 50% del presupuesto estatal se dedica a ‘honrar’ los ‘compromisos’ con los banqueros internacionales. El último ‘paquetazo’ de los stalinos apuntaba a imponer un ‘plan de convertibilidad’ que reclamaba el FMI.


Los stalino-cavallianos búlgaros pretendían formar un gobierno de coalición con los derechistas, en el entendimiento de que “todos los partidos aceptan la propuesta del FMI de implantar un sistema de convertibilidad” (Financial Times, 25/1). Pero “los líderes de la oposición temen que un compromiso con los socialistas destruya su todavía tenue credibilidad entre los manifestantes” (ídem).


La ‘medicina’ fondomonetarista está matando al ‘paciente’ ,que ha comenzado a rebelarse contra sus ‘médicos’. ¿Cómo harán para aplicarla, entonces, los derechistas, que no ejercen una dirección real y efectiva sobre las masas? Más aún cuando los trabajadores vienen de sacarse de encima a quienes aplicaban esa misma política. ¿Quedará algo de esa “tenue confianza” de los manifestantes en los ‘opositores’ cuando éstos larguen el ‘paquetazo’?


Después de haber derribado a Bulgaria, la crisis capitalista la empuja al estallido.