España: las elecciones europeas y el clasismo

NOCHE ELECTORAL EN PODEMOS

Las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo han expuesto el deterioro que la crisis capitalista ha generado en los grandes partidos políticos españoles: el Partido Popular (PP) en el gobierno y su principal oposición, Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Pero quizá más importante que esto ha sido la aparición en escena de un grupo electoral bautizado Podemos, creado en enero de este año.

Para sorpresa de los aguzados analistas políticos, Podemos obtuvo el apoyo de más de un millón de votos. Como consecuencia de ello logró cinco representantes en el Parlamento, uno menos que Izquierda Unida, el que también obtuvo un importante resultado electoral y seis parlamentarios.

El nombre del frente político que constituye el núcleo de Podemos es un eco del “¡Sí se puede!” de las denominadas “mareas”, es decir de los movimientos de lucha populares. Un grupo de activistas de distintas vertientes formó esta organización “para superar la debilidad del movimiento 15 M”, es decir la ausencia de una expresión política del movimientismo en España, aunque esencialmente de la juventud estudiantil -y en menor medida trabajadora- española. Esta superación sólo puede ser leída en términos electorales, ya que no incorpora a las organizaciones clasistas que militan en los movimientos sociales.

Amplios sectores de la juventud que desconfían de formaciones como Izquierda Unida encontraron repentinamente un cauce de expresión. Las corrientes que se reivindican de la clase obrera se abstuvieron, alegando que “nada se juega en las elecciones al Parlamento Europeo”. Ignoraron la posibilidad de hacer una campaña contra la Unión Europea, incluso cuando desarrolla una guerra para anexar a Ucrania e incluso incorporar ese país a la Otan. Esta ausencia ha dejado a Podemos como única expresión colectiva de los movimientos y de las luchas sociales a nivel de barrios, regiones y del Estado español. El programa de Podemos se encuentra a la derecha del voto que ha arrastrado, dado que postula, por ejemplo, retomar el control público de los sectores estratégicos de la economía ¡comprando participaciones del Estado en empresas!

No ha habido un referente a la izquierda capaz de desenmascarar la naturaleza del proyecto político de esta agrupación. Izquierda Anticapitalista (la versión española del NPA francés) y En Lucha (el SWP británico en España) se han integrado en Podemos. Por su mayor número de activistas, IA ha soportado en parte el peso de las actividades de infraestructura. De tal suerte que Podemos se ha convertido en un Syriza a la española: su dirigente -Pablo Iglesias-, al igual Alexis Tsypras, tiene un fuerte arrastre popular. Le disputa esa condición a Euskal Herria Bildu del País Vasco.

El Movimiento Corriente Roja, que forma parte de la LIT-CI, presentó una candidatura con el planteo de un referendo para romper con la UE y con el euro (http://bit.ly/1oXulh6). Se trata de una propuesta que al menos explica que las consignas básicas de un programa independiente de los trabajadores no son compatibles con la UE y el Euro. Clase Contra Clase (de la Fracción Trotskista orientada por el PTS) acusa a Corriente Roja al decir que los Estados Unidos Socialistas de Europa es la condición para la salida de la UE y el Euro, sin reparar que, bajo el socialismo, salir de la UE se convierte en un disparate. Ningún sector de la burguesía se propone volver a la peseta, menos aún el separatismo catalán, que es la expresión nacionalista del momento. Los marxistas planteamos romper la UE en nombre de la revolución socialista, no para reconstituir sistemas monetarios antiguos. La salida de la UE y del euro, la moratoria unilateral de la deuda y un gobierno de los trabajadores representa una estrategia revolucionaria. Red Roja, una escisión de la Corriente Roja, propugna (http://bit.ly/1nQa6lU) una alianza electoral con las fuerzas abertzales, aunque ninguna de ellas denuncia a la Unión Europea y el euro; más bien lo contrario: una soberanía de Euskadi en el marco de la Unión Europea. En contraste con la faccionalización de la izquierda, las luchas sindicales y sociales en España han tendido a su unificación.

Carlos S. Hortaleza (Madrid)