España: se acaba Zapatero

La bancarrota económica precipita la crisis política

La crisis política española avanza a ritmo acelerado en un cuadro de pánico por la seguidilla de derrumbes económicos en Europa. La principal discusión gira en torno de cuántos meses más le quedan al gobierno de Rodríguez Zapatero.

El PSOE se prepara para un desenlace inminente con la proclamación Alfredo Pérez Rubalcaba, número dos del gobierno de Zapatero, como candidato a jefe de Gobierno. En su discurso de aceptación, Rubalcaba planteó lo que la prensa caracterizó como un ‘giro a la izquierda’. El supuesto ‘giro’ estaría dado por las iniciativas de reinstalar un ‘impuesto al patrimonio’ que el propio gobierno del PSOE se ocupó en su momento de eliminar y “pedirles a las cajas y los bancos que dejen una parte de sus beneficios para la creación de empleo” (El País, 10/7). La tendencia prevaleciente en la Unión Europea y en la patronal española va en sentido contrario.

Según The Economist (7/7), “la economía española no está funcionando”: el desempleo alcanza el 21% y aumenta a más del 25% entre los jóvenes. El gobierno admite que habrá que poner mucho más dinero que el que se creyó para rescatar a los bancos quebrados. “El problema está concentrado en las ‘cajas’, bancos de ahorro locales que cubren la mitad del sistema bancario doméstico, más que los grandes bancos como BBVA o Santander, que están protegidos por grandes multinacionales” (ídem). Es la versión oficial: el Santander, por lo menos, está expuesto a la deuda de Estados y bancos de Europa -en especial Portugal y, enseguida, Grecia e Italia.

El Partido Popular, a pesar de haber ganado las recientes elecciones regionales, debe andar con pies de plomo, precisamente porque ahora es gobierno en la mayoría de los Estados. Ocurre que “mientras el gobierno central determina los principales impuestos, más de un tercio del gasto público, incluidos salud y educación, es llevado adelante por las regiones”. La prensa filtró un diálogo en que la presidenta de la Comunidad de Madrid se lamenta con el alcalde de la capital, ambos del PP, de que no tiene ‘ni un duro’ para ningún tipo de emprendimiento de los gobiernos locales, donde la regla son los ajustes y los despidos. La presidenta electa de Castilla La Mancha, también del PP, provocó una corrida financiera cuando denunció que las cuentas dejadas por el saliente gobierno socialista eran truchas y que el déficit de la comunidad autónoma era mayor del previsto.

El PP “cree que todo lo que suponga acelerar la sensación de fin de ciclo y de cambio político conviene a su estrategia”, pero para ello necesita concertar una salida con los principales partidos nacionalistas. Ha avanzado bastante con el catalán CiU, pero el vasco PNV acaba de suscribir un acuerdo que mantiene la mayoría oficial en el parlamento. El acuerdo con la CiU sería una reedición del primer gobierno de Aznar -pero, esta vez, en el cuadro de una bancarrota del capital y un enorme fermento social.

Contrarreforma laboral, ‘no exit’

Cumplido un año de la reforma laboral impulsada por Zapatero, el gobierno admite que no ha reducido el desempleo en lo más mínimo y mucho menos reducido la ‘temporalidad’. Se trata de una cuestión que precipita el fin del gobierno: la cámara que agrupa a la patronal “reclama otra reforma porque le parece insuficiente” (El País, 10/7). Es lo que busca ahora el gobierno: “una clara desregulación de las condiciones laborales, que descuartiza la negociación colectiva y fragiliza los derechos”. “Los patronos tendrán, entre otras prerrogativas, las de aplicar en sus empresas salarios por debajo del sueldo base fijado en el convenio sectorial de referencia, pagar menos por las horas extraordinarias, redistribuir la jornada laboral y las vacaciones, adaptar a su antojo el sistema de clasificación profesional y las modalidades de contratación, segmentar a las plantillas con convenios por franjas de empleados” (El País, 1º/7). El gobierno admitió que los convenios autonómicos puedan prevalecer sobre los nacionales: el portavoz del PNV vasco dijo que “jamás había soñado con obtener una reivindicación tan histórica del nacionalismo tan fácilmente” (ídem).

Las “reformas laborales”, que implican en todos los casos un ataque a conquistas históricas de las masas, constituyen una tentativa de salir de la crisis por la vía de las exportaciones -en una economía mundial saturada de mercancías. Es una salida que se anula a sí misma y que supone, por lo tanto, una competencia mundial por la conquista de los mercados emergentes, en especial China y en general Asia, América Latina y también Africa.

A 75 años de la revolución

La cadena de derrumbes financieros de las últimas semanas parecen estar llevando a la burguesía del Estado español a considerar una precipitación de la crisis política, con carácter preventivo. Una declaración de cesación de pagos de España o Italia, sin haber procedido antes a un cambio de gobierno, podría convertirse en una catástrofe política.

El lunes pasado fue conmemorado el 75º aniversario del golpe militar de Franco, que detonó el comienzo de la revolución proletaria y la guerra civil.