“La fuerte caída ayer de los títulos bursátiles de las empresas inmobiliarias españolas esparció temores de que el auge de la construcción, que durante más de 10 años ha impulsado el rápido crecimiento económico de ese país, podría haber llegado a su fin” (Wall Street Journal, 25/4)

Los precios de la inmobiliaria Astroc han caído un 65% en una semana, y el resto de las inmobiliarias fueron arrastradas a fuertes pérdidas. Inbesós, Uralita y Urbas, Inmocaral, Colonial, Nontebalito, Cleop y otras empresas ligadas al sector continúan en una fila interminable la lista del derrumbe.

La caída de los precios de Astroc se hizo masiva el martes y arrastró a la baja a todo el sector inmobiliario y al conjunto de la bolsa de Madrid, que “contagió a otras bolsas europeas. Los títulos del sector inmobiliario de Francia también cerraron a pérdida” (ídem).

La construcción y los bancos

“El banco central español calcula que tras cinco años de aumentos de dos dígitos, los precios de las viviendas están sobrevaluados en cerca de 30%. El año pasado, que fue el peor para el sector en cinco años, los precios de las viviendas aún subieron 7%” (ídem).

Los bancos han sentido el sacudón; “las acciones de BBVA y Santander pierden al cierre de la jornada un 2,84% y un 3,05%”. La crisis de las inmobiliarias amenaza ahora con arrastrar al sistema financiero. Los últimos datos del Banco de España indican que los promotores inmobiliarios adeudan a bancos y cajas de ahorros — datos del cuarto trimestre de 2006 — nada menos que 249.058 millones de euros. O, lo que es lo mismo, prácticamente el 25% del Producto Interior Bruto (PIB) (Expansión, 25/4). (Destacado nuestro.)

“Lo más espectacular, con todo, es el ritmo de crecimiento de la deuda de las empresas inmobiliarias — sin tener en cuenta lo que deben los hogares — , toda vez que hace menos de una década el sector adeudaba únicamente 19.700 millones de euros. Quiere decir esto que desde 1998 la deuda de las inmobiliarias se ha multiplicado por 12,5 veces. Un crecimiento verdaderamente exponencial que supera, incluso, lo que ha aumentado el endeudamiento de las familias para la adquisición y rehabilitación de viviendas, que se ha multiplicado por 4,5 veces, hasta los 544.000 millones de euros (destacado nuestro)” (El Confidencial, 25/4). O sea que los bancos han prestado al sector 794 mil millones de euros.

Un blog español comenta los niveles astronómicos a los que han llegado los departamentos. “…8.200 euros el metro cuadrado construido.” (http://app2.expansion.com/blogs) O sea que la deuda a los bancos está garantizada con propiedades de precios insostenibles, una leve caída de los precios de las propiedades inmuebles, — que ya está ocurriendo — dejará a los bancos expuestos a una cascada de préstamos incobrables.

Los despidos masivos ya están considerándose para atenuar la crisis. “Ayer mismo, y tras conocer el varapalo bursátil, Ahorro Corporación Financiera publicó un informe en el que estima que el equilibrio entre oferta y demanda de viviendas se encuentra en unos 400.000-450.000 pisos anuales. Esta horquilla supone recortar en un 30% la producción de viviendas, lo que supondría la destrucción de unos 200.000 puestos de trabajo” (El Confidencial, ídem).

Las familias

El Financial Times se ocupó del tema. “Los precios medios se han duplicado desde el año 2000, empujando a las inmobiliarias de nueva cotización hasta niveles récord. La ya embriagadora pasión por la propiedad ha recibido el incentivo de unos ingresos crecientes, la inmigración y la demografía, al igual que de unos bajos tipos de interés.

“Los bancos españoles también se han comportado como unos prestamistas serviciales: en los tres últimos años, el crédito bancario a las promotoras inmobiliarias ha crecido a un ritmo anual de más del 40%. En la actualidad, el 24% de la totalidad de los préstamos del sector bancario financia a las promotoras y constructoras inmobiliarias, pese a que sólo contribuyen un 11% a la economía. En Reino Unido — que tampoco es ajeno a los excesos del sector — estos préstamos ascienden a sólo el 13%.”

“El resultado es que la deuda de los hogares españoles representa actualmente el 120% del PIB, y el sector comienza a ralentizarse. La oferta está dejando atrás a la demanda y la inversión extranjera está cayendo. Los tipos de interés también empiezan a hacer mella: el 43% de los ingresos de los hogares se destina a las hipotecas” (25/4).

España abre otro frente de la crisis inmobiliaria que se se inició en EEUU, y que ya hundió a decenas de financieras vinculadas a los créditos hipotecarios y que ha llevado a miles de familias a sufrir el desalojo de sus viviendas.