Estado Español: la debacle del Frente Popular

Derrota del PSOE-Unidas Podemos en las elecciones autonómicas y municipales.

Pedro Sánchez, presidente español

El domingo 28 de mayo se celebraron elecciones en los más de 8.000 municipios del Estado Español y 14 de las Comunidades Autónomas. El resultado fue una derrota de las formaciones del gobierno del Frente Popular (PSOE-Unidas Podemos) y un ascenso del Partido Popular  y de Vox, las formaciones de la derecha y la “ultraderecha”.

El PSOE cae  hasta el 28% de los votos perdiendo más de 1.500 concejales municipales y cinco gobiernos autonómicos (Extremadura, Baleares, Valencia, Canarias, La Rioja) y bastiones municipales como Sevilla.

Si bien se trató de elecciones autonómicas y municipales, la elección tuvo un componente fundamentalmente nacional, es decir, los distintos resultados se dieron en relación a un balance de los cuatro años de gobierno del Frente Popular.

Conocidos los malos resultados, el presidente Pedro Sánchez (PSOE) anunció un adelantamiento de las elecciones generales para el 23 de julio, en las que, sin embargo, arranca mejor posicionada la derecha.

Para conseguir una mayoría de gobierno, en algunas de las comunidades autonómicas (Murcia, Valencia, Baleares, Cantabria) el PP prepara alianzas con Vox. Se profundizará, así, una línea de colaboración con la ultraderecha xenófoba y fascistizante que ya se había visto en el pasado en Andalucía y Madrid.

Vox alcanzó casi el 8% de la votación nacional, triplicando su representación municipal, a pesar de su retroceso parcial en la Comunidad de Madrid (no en la ciudad), donde la titular de esa entidad política, la anticomunista Isabel Díaz Ayuso (PP), obtuvo mayoría absoluta.

El retroceso del PSOE, Unidas-Podemos y de ERC

La debacle del oficialismo se da en unos comicios en que la abstención se mantuvo en relación a las últimas elecciones de 2019 (en rigor, la participación baja un punto, hasta el 64%).

Podemos, autodeclarado heredero de las rebeliones del 15M, no consiguió en Madrid, su cuna, representación parlamentaria ni en la Asamblea de la Comunidad ni en el municipio. También desapareció en el parlamento de la Comunidad Valenciana y en el de Canarias. En Cádiz, “El Kichi” (quien se reclama militante del SU de la IV Internacional) fue arrasado por una mayoría absoluta del PP. En Córdoba, histórica Capital Roja, Izquierda Unida es derrotada también a manos del PP.

En Catalunya, Esquerra Republicana (ERC), al frente de la Generalitat, pierde en sus bastiones de Lleida y Tarragona, y en Barcelona pasó a ser cuarta fuerza política. Su derrota se dio a manos de los partidos españolistas, en primer lugar del PSC-PSOE. ERC paga el costo político por el abandono de toda reivindicación de autodeterminación y cambio social.

Con respecto a Barcelona, uno de los datos más destacados es la derrota de la alcaldesa Ada Colau (afín a Unidas Podemos), cuya fuerza quedó en tercer lugar. La derrota podemita se dio a manos de Junts, los herederos de Jordi Pujol.

EH-Bildu, sostén parlamentario del gobierno del Frente Popular, logró un crecimiento relativo en Euskadi.

Por qué creció la derecha

El fracaso del gobierno del Frente Popular es el que ha pavimentado el camino para el crecimiento de la derecha.

Una familia trabajadora gasta el 46% de sus ingresos en el pago del alquiler o la hipoteca. El tema de la vivienda se coló en la campaña, mostrando la impotencia del gobierno en dar respuesta a las necesidades básicas de los trabajadores y los pueblos.

La reforma laboral de la ministra “comunista” Yolanda Díaz, con el acuerdo de las burocracias sindicales de CC.OO. y UGT, validó las leyes laborales del PP. La inflación y el paro juvenil son los más altos de la Unión Europea. En este marco demoledor para las bases obreras, las listas de Vox salieron en segundo lugar en las recientes elecciones sindicales de Madrid y la derecha logró importantes votaciones este domingo en las barriadas obreras como Vallecas.

En política exterior, el Frente Popular no solo apoyó los ajustes dictados por Bruselas sino también las políticas guerreristas de la Otan, lo que se verifica en la ampliación de las bases militares yanquis en el territorio español, la suba del gasto militar y el apoyo al régimen ucraniano. El mismo planteo de la derecha.

La debacle social (pandemia incluida), la política de contención y desmovilización de las centrales sindicales, y la propia derechización del gobierno (como se ve en la política exterior), le permitió levantar cabeza al PP y Vox.

Ante este balance de más de 4 años del gobierno del Frente Popular, queda para los revolucionarios clara la tarea: la construcción de un partido revolucionario que tome como banderas la independencia política de los trabajadores y los pueblos del régimen franquista del 78, la salida de la Otan, la disolución de la Unión Europea imperialista, la recuperación de los sindicatos, el logro de las reivindicaciones inmediatas y como norte la Unión de Repúblicas socialistas de la península Ibérica.