Más del 50% de los desechos electrónicos de los Estados Unidos, con componentes altamente tóxicos, se exportan a países como China, India o Paquistán. Allí, son reciclados *sin las mínimas condiciones de seguridad e higiene* por trabajadores que “recuperan” sus componentes de cobre, acero u oro por un salario inferior a los dos dólares diarios. Muchos de los que realizan estas tareas son niños.

“Los canales de irrigación de arroz son ahora vertederos de tubos de rayos catódicos. Las muestras recogidas de agua y sedimentos revelan niveles alarmantes de metales pesados (que provocan) silicosis, cáncer y otras enfermedades graves” (El País, 7/3).

Para completar el cuadro de las “virtudes” del capitalismo, hay que señalar que el reciclaje de la basura informática ha creado en esas regiones otro negocio adicional: la venta de agua potable… que reemplaza a las fuentes naturales envenenadas por los desechos.