Durante el fin de semana, miles de activistas, en representación de cientos de grupos políticos y de libertades democráticas, viajaron desde distintos puntos de Estados Unidos para congregarse frente al Capitolio, en Washington, en protesta por la participación estadounidense en la guerra en Ucrania. La protesta también se replicó en la costa oeste.

La actividad debe ser anotada como un esfuerzo por señalar la responsabilidad del imperialismo en la guerra desde las fauces mismas de la bestia. En las consignas, convivieron y se mezclaron reclamos pacifistas y antiimperialistas, contra el aumento del gasto bélico y contra la Otan.

El grupo con mayor presencia fue el Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL), uno de los tantos desprendimientos del SWP (el histórico partido trotskista estadounidense), que tiene una línea castrista-chavista. El PSL registra un crecimiento entre las comunidades latinas y negras tras las luchas del Black Lives Matter.

Quienes no participaron fueron los demócratas socialistas (DSA), el reagrupamiento más grande de la izquierda estadounidense, que se mantiene dentro del Partido Demócrata, adoptando como propias sus posiciones imperialistas.

La movilización buscó coincidir con el aniversario de la histórica marcha de 2003 contra la invasión yanqui a Irak.