Estudiantazo en Paraguay

Los estudiantes paraguayos están protagonizando una lucha extraordinaria en defensa de la educación pública. Este movimiento de protesta viene desarrollándose desde el 2015. Sin embargo, ha adquirido un protagonismo mayor en los últimos días. Desde el 3 de mayo y luego de ocupaciones y movilizaciones durante tres días consecutivos, los estudiantes han logrado derribar a la ministra de educación Marta Lafuente


Los estudiantes paraguayos están protagonizando una lucha extraordinaria en defensa de la educación pública. Este movimiento de protesta viene desarrollándose desde el 2015. Sin embargo, ha adquirido un protagonismo mayor en los últimos días. Desde el 3 de mayo y luego de ocupaciones y movilizaciones durante tres días consecutivos, los estudiantes han logrado derribar a la ministra de educación Marta Lafuente.


El comienzo de esta rebelión tuvo su epicentro en el Colegio Nacional República Argentina en Asunción, cuando estudiantes ocuparon el establecimiento. Estos métodos de lucha fueron acompañados por el pueblo paraguayo, puesto que “recibieron el apoyo de estudiantes de otros centros educativos, de universitarios y del resto de la sociedad paraguaya, que acercó víveres, agua y mantas, e incluso pasó la noche frente al colegio para impedir que la policía (los) desalojara” (Página 12, 6/5). A partir de allí, cientos de colegios de todo el país, entre ellos privados, se adhirieron a esta medida y también fueron ocupados. Las tomas de colegios se conjugaron con movilizaciones docentes-estudiantiles hasta el Ministerio de Educación y Cultura exigiendo la renuncia de la ministra Lafuente, quien trató de resistir a la rebelión estudiantil dejando en claro que no pensaba renunciar al cargo. En las calles, miles y miles de personas coreaban: “fuera Marta, que se derrumbe la corrupción, no la educación”, “ahora vamos por vos Cartes”, en referencia al presidente paraguayo. Finalmente, la movilización estudiantil logró la renuncia de la funcionaria.


Crisis educativa


La falta de inversión en infraestructura fue una constante de la gestión de la ministra, cuando asume en 2013. Lafuente prometía mejorar estas deficiencias. Sin embargo, al mes de su asunción, el techo de una de las aulas del Colegio Nacional de Lambaré se desplomó, causando heridas a 13 alumnos y a una docente. Con esto se demostró que la estructura de los colegios estaba al borde del colapso. Poco después se reeditó el mismo problema, pero en el Colegio Nuestra Señora de la Asunción, donde se calló el techo de uno de los pabellones, lo que provocó la clausura del mismo.


Otro detonante de la rebelión estudiantil fueron las denuncias de corrupción y sobrefacturación en compras por parte del Ministerio.


Lafuente es conocida por miles de docentes que fueron perseguidos al ejercer el activismo sindical en defensa de salarios adeudados y por reclamar paritarias. En 2013 unos 26.000 docentes encaraban una huelga que duró casi un mes en reclamo de mejores condiciones de jubilación y la ministra decidió descontarles los días no trabajados (ABC Color, 5/5).


Perspectivas


Tras una conferencia de prensa organizada por la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) y la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (Unepy),  los estudiantes indicaron que las movilizaciones no se detendrán. “No estamos conformes con un cambio de cara, queremos un cambio en el sistema educativo” (Página 12, ídem), apuntaron. Al mismo tiempo, los estudiantes exigieron que se duplique el presupuesto. Camila Benítez, una de las estudiantes que timonea esta lucha, advirtió “que esta es apenas la primera victoria del estudiantado y que las acciones reivindicativas seguirán” (ídem, 6/5). La lucha de los estudiantes pudo triunfar, estas luchas marcan un guía para el pueblo paraguayo.