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Activistas anti-bélicos y de solidaridad internacional en los Estados Unidos denunciaron que el FBI allanó siete casas particulares y también las oficinas del Comité Antibélico en Minneapolis, causando destrozos y llevándose cajas con las pertenencias de los afectados. No hubo arrestos y los allanamientos fueron llevados a cabo siguiendo órdenes judiciales, cuyo eje era la búsqueda de supuestos vínculos entre los activistas y organizaciones que el Estado norteamericano considera “terroristas”. Los activistas recibieron citaciones para comparecer ante un Jurado Federal de Instrucción en Chicago entre el 5 y el 19 de octubre, que investigará el posible “apoyo material a organizaciones terroristas”. En Michigan y Carolina del Norte hubo citaciones similares, pero no hubo allanamientos en estos casos. Simultáneamente, hubo visitas a las casas de otros activistas en Nueva York y en California, para exigir que colaboren con las investigaciones.

“Los ‘Grand Juries’ (Grandes Jurados o Jurado Federal de Instrucción) son un mecanismo utilizado históricamente para reprimir y reunir información sobre los movimientos sociales. Ningún abogado o juez está presente durante el interrogatorio. Los activistas que desafían los jurados corren el riesgo de encarcelamiento por desacato civil o criminal” (Indymedia TC – St. Paul y Minneapolis).

O sea, Obama usa los mismos métodos que Bush. Pero le está saliendo el tiro por la culata. El foco de la atención del FBI estuvo centrado en activistas de probada eficacia, ya que fueron precisamente los que movilizaron 30.000 personas, en ocasión del congreso republicano pre-electoral en esa zona, para protestar por las guerras norteamericanas en Irak y en Afganistán, e incluso para denunciar la ayuda financiera y militar de su gobierno a Colombia e Israel. Está claro que Obama, que recientemente ha anunciado el “retiro” de las tropas de Irak y la intensificación de la guerra en Afganistán (ver “Retirada Yanqui de Irak – ni regreso ni gloria”, PO Nº 1.144, 2/9), no quiere más movilizaciones contra su política de guerra. La intención de este ataque contra el movimiento anti-bélico es debilitar su poder de convocatoria y su capacidad de elaborar un programa común de lucha.

Pero la respuesta de los activistas no tardó. En las “Ciudades Mellizas” de Minneapolis y St. Paul, después de una conferencia de prensa frente a los principales medios de comunicación, centenares de activistas se reunieron el sábado 26 de septiembre. Escucharon el testimonio directo de varios de los activistas afectados y firmaron una declaración de unidad, que condena “este ataque contra el movimiento anti-bélico en todo el país”. También anunciaron una movilización frente a las mismas oficinas del FBI para exigir el fin de la represión contra los activistas anti-belicistas y de solidaridad internacional, la devolución de todos los materiales confiscados (computadoras, celulares, papeles, documentos, etc.) y el fin de los procedimientos del Gran Jurado de Instrucción. En Chicago hubo otra conferencia de prensa y reunión similar, donde se anunciaron “días nacionales de protesta para el 27 y 28 de setiembre” (http://www.antiwarcommittee.org/?q=node/533). Para el lunes 27 de septiembre se anunciaron protestas simultáneas en no menos de 19 ciudades.

Esto sucede unos pocos meses después de que la Conferencia Anti-bélica Nacional Unificada reunió más de 800 delegados en Albany, Nueva York, la más grande en años, en donde se votó un programa de acción (http://nepajac.org/actionprogram.htm ) que culminará el 9 de abril de 2011 con marchas masivas y simultáneas en Nueva York, San Francisco y Los Angeles para que vuelvan todas las tropas de Irak y de Afganistán. El programa incluyó una enmienda a favor del boicot total de ayuda militar y no militar al estado de Israel por parte del gobierno de los Estados Unidos (votado por una mayoría del 60% en la Conferencia).