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“Fuerza, compañeros”, alcanzó a gritar el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Julio Sarmiento, mientras era detenido por efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros en el sector del Parque Bustamante, cuando más de 5.000 estudiantes chilenos se organizaban para marchar en Santiago hasta el Ministerio de Educación contra la política educativa del gobierno de Piñera. Una política “de Estado”, que tiene sus orígenes en el propio Pinochet, y que ha sido aplicada por los gobiernos de la Concertación.

La movilización estudiantil se produjo “por una educación pública, gratuita y no discriminatoria”, que en Chile ha sido prácticamente abolida. El 85% de los ingresos a las universidades chilenas proviene de los estudiantes del sector privado. Los estudiantes piden que se termine con la enseñanza arancelada impuesta en la dictadura de Augusto Pinochet al sistema educativo universitario, secundario y elemental.

Gabriel Iturra, vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) manifestó su apoyo a los planteamientos de la Fech. “Los universitarios se han movilizado en contra de la agenda privatizadora del gobierno y, por lo tanto, los secundarios también hacen presente su movimiento considerando que la educación pública está casi expirando. Además, nos movilizamos en contra de las alzas sostenidas del pasaje escolar y pedimos una tarifa justa”, señaló el dirigente.

Las detenciones se produjeron en el mismo punto de partida de la movilización y se concentraron en los dirigentes y coordinadores de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y los dirigentes secundarios. Más de 60 personas fueron detenidas. Las organizaciones estudiantiles que protagonizaron la “rebelión de los pingüinos” en 2006 ya preparan una nueva marcha para la próxima semana.