Francia: La reducción de la semana laboral resultó un sapo

El gobierno ‘socialista-comunista’ de Lionel Jospin ha alegado que la ley que reduce la semana laboral a 35 horas a partir del año 2000, abriría en Francia ‘una nueva era social’. Pero de acuerdo al convenio que acaban de firmar las patronales metalúrgicas y algunos sindicatos, en aplicación de la ley, las empresas pueden anualizar el tiempo de trabajo en 1645 horas (47 semanas de 35 horas), lo cual obliga a los obreros a trabajar 39, 40 o más horas en la‘temporada alta’, y luego ‘compensar’ con semanas de 32 o menos horas en la ‘temporada baja’. Con la‘anualización’, las patronales pueden alargar la jornada de trabajo cuando lo necesitan, sin pagar una sola hora extra. Así, la supuesta reducción de la jornada legal encubre el alargamiento de la jornada de trabajo.


El convenio aumenta también la cantidad de horas extras anuales que puede realizar cada trabajador (de 94 a 175). Por esto el convenio establece igualmente el aumento de la semana laboral, de 46 a 48 horas.


A las empresas que no recurren a la ‘anualización’ (por ejemplo, aquellas que no tienen una demanda estacional), el convenio las autoriza a aumentar hasta 205 las horas extras anuales, lo que equivale a un promedio de 4 horas y veinte minutos extras semanales. Así, la duración efectiva del trabajo semanal podrá permanecer sin cambios en las actuales 39 horas, con la diferencia de que ahora 4 serán extras. En otras palabras, hasta ahora el obrero trabajaba 39 horas y cobraba 39 horas; ahora seguirá trabajando 39 pero cobrará 40, ya que la hora extra se paga al 125%. Es un aumento irrisorio del 2,5%. Para los ingenieros y técnicos el acuerdo no establece ningún límite a la jornada. En definitiva, la reducción de la jornada de trabajo concebida por el gobierno socialista-comunista, refuerza la flexibilidad y superexplotación laboral.