En las recientes elecciones municipales francesas los medios destacaron la victoria de la “izquierda” (o centro-izquierda) en París, bastión tradicional de la derecha, y una relativa victoria de la derecha en el interior. Poco se habló del hecho de que las listas de las organizaciones que se reivindican del trotskismo obtuvieron su mejor performance desde las municipales de 1977, en verdad un resultado inédito. Lutte Ouvriére consagró 31 consejeros municipales; la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) del Secretariado Unificado (SU), 25, y el PT (Partido de los Trabajadores, lambertista), 12 consejeros. Le Monde señaló que el PT obtuvo también buenos resultados donde LO y LCR no se presentaron, pues es una organización menor (y mucho más oportunista) que las otras dos. Quiere decir que existe un significativo “electorado cautivo” de lo que en Francia se ha dado en llamar “la extrema-izquierda”.

El conjunto de las organizaciones se presentó en menos de 500 ciudades: LO en 129, obteniendo un promedio del 4,3% (muy elevado, mayor que el que obtuviera en las presidenciales) con 121 mil votos; en dos ciudades obreras (La Chapelle Saint Luc y Sin-le-Noble), LO se aproximó al 15% de los votos. La LCR obtuvo más del 8% en Blois, pero en general quedó, como lo hace notar Le Monde, muy por detrás de LO en los barrios y ciudades obreras, registrando su mejor performance en zonas “urbanas o principalmente compuestas de funcionarios”.

Le Monde, del 15/3, también hace notar que estos progresos, en especial el de LO, son el resultado de una transferencia de votos del electorado del PCF, justamente en las regiones más pobres y proletarias. Esto demuestra una fuerte tendencia de la vanguardia obrera a romper con la “izquierda plural” y a reagruparse alrededor de un nuevo eje político. Cualesquiera que sean las limitaciones de esas organizaciones, en algunos casos insuperables, la lucha por la IV Internacional tiene en cuenta este hecho.