Internacionales
23/3/2000|659
Francia: rebelion contra la reforma educativa
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La educación nacional en Francia esta convulsionada. Ocurre que el gobierno de la ‘izquierda plural’, encabezado por Jospin, redujo el plantel docente en las escuelas primarias y colegios secundarios del primer nivel. El ministro de Educación ha restringido sensiblemente el número de nombramientos, los cuales se han visto superados holgadamente por el número de supresiones de cargos. El recorte de puestos sería aún más grave en los liceos de enseñanza técnica y de enseñanza general: el número de vacantes a cubrir por medio de concursos prevista por el gobierno arroja un caída del 12 por ciento, es decir, mayor que en el ciclo lectivo anterior, cuando ya había experimentado un importante retroceso. La reducción de personal ha sido acompañada por el cierre y la fusión de grados, lo cual ha llevado a pronosticar un mayor deterioro del servicio escolar, aulas superpobladas y hacinamiento para el próximo período lectivo (que comienza en septiembre del 2000).
La amplitud de este recorte es una primera consecuencia de la reforma de la enseñanza profesional que contempla la anualización de la jornada de trabajo. El proyecto de Allegre (el Llach francés) apunta a tomar como “horas efectivas” aquellas en que el educador está al frente del grado, desconociendo las horas adicionales que le demanda la tarea educativa (corrección, planificación de las clases). Un mecanismo extorsivo para ir imponiendo esta nueva modalidad es la multiplicación de los empleos precarios, que los directivos utilizan en reemplazo de los docentes efectivos. Los profesores también se oponen a la integración de los liceos profesionales a las empresas porque esto importa una explotación de mano de obra barata y una descalificación profesional.
Las medidas del gobierno ‘de la izquierda plural’ han desatado una reacción popular que en algunas localidades ya tiene la dimensión de una verdadera rebelión. En los distritos de Herault y Gard Sur, la mitad de las 600 escuelas primarias y maternales están cerradas u ocupadas por los padres. En Nimes o Montpellier, columnas de manifestantes desfilan en forma permanente frente a las dependencias oficiales. En otros departamentos han tenido lugar ocupaciones y movilizaciones, aunque no de la misma amplitud, del mismo modo que en distintas localidades del interior del país, como Marsella, Lyon y Rennes.