Francia: Sigue la agitación obrera

El período de convulsiones populares y crisis política abierto por las huelgas y manifestaciones de noviembre y diciembre pasados, en Francia, acaba de tener otra expresión, el 18 de enero, con un gran demostración callejera de más de 10.000 personas, en Marsella, para protestar contra los ataques a la seguridad social. Se vuelve a manifestar, de este modo, otra de las características de la lucha en Francia, que consiste en el enorme progreso que ha adquirido el movimiento popular en la provincia con relación a París. Marsella fue un epicentro significativo de este movimiento e incluso mantuvo las huelgas del año pasado durante bastante tiempo después que las hubiera levantado la burocracia sindical.


El eje de la inestabilidad política no es otro que la permanencia del plan oficial para la seguridad social, que prevé cortes de los beneficios y el reemplazo de las contribuciones previsionales por un impuesto generalizado al consumo. A través de medidas graduales, el gobierno Chirac-Juppe viene ejecutando los planes fundamentales de la burguesía, que la burocracia sindical dejó pasar al levantar las grandes huelgas en diciembre.


La movilización marsellesa ha sido la más importante desde diciembre. Estuvo encabezada por los choferes de los medios de transporte, que para ello cumplieron una huelga parcial, y por los trabajadores de los servicios eléctricos; otros contingentes pertenecían a empleados del correo y docentes, y a los desocupados.


Francia está inmersa en una situación de recesión y de creciente desempleo, y por sobre todo, la burguesía ha fracasado en todas las medidas de reactivación económica. La evidencia de que el gobierno es impotente para hacer frente a la calamidad reinante se ha acentuado luego de las huelgas, contribuyendo para la perspectiva de que la primavera europea pueda ver un recomienzo de las huelgas a una escala más alta.


Aunque en forma lenta y desigual, todos los principales países europeos se encuentran asediados por movimientos de lucha crecientes, como Bélgica, Gran Bretaña y Alemania. El anuncio de que se eliminarían las jubilaciones anticipadas, provocó en este último país que bajaran a la calle 20.000 trabajadores en la región renana.