Francia tiene sus Filmus

Kirchner e Ibarra no tienen un gramo de “originalidad”.


En Francia, el gobierno y la policía acusaron judicialmente a decenas de pibes, la mayoría de ellos menores de edad, por los crímenes de “violencia contra las fuerzas del orden” y “destrucción de bienes públicos”. Se trata, en todos los casos, de los chicos que estuvieron a la cabeza de la enorme movilización secundaria de hace cuatro meses contra la “ley Fillon”. Como ahora los pibes de Buenos Aires, los de toda Francia se movilizaron contra una ley que destruye la educación pública, desjerarquiza los títulos y, al superexplotar a los docentes, empeora la calidad de la educación. Con su movilización, los estudiantes franceses lograron que algunos de los puntos más cuestionados de la ley quedaran en suspenso.


Pero ahora llegó la venganza del Estado por la vía de los tribunales. Hay en el banquillo pibes y pibas de menos de quince años. Se los acu sa, por ejemplo, de “violencia contra la CRS” (el equivalente francés de la Guardia de Infantería de la Federal).


A uno de ellos, Samuel Morville, se lo acusa de haber escupido a un policía. Claro que los policías que lo detuvieron, lo bañaron en escupitajos y luego lo molieron literalmente a palos (no pudo moverse de la cama por dos días, como consecuencia de los “hematomas múltiples” que sufrió —Le Monde, 25/5—) no están sometidos a juicio.


Otros están acusados de “destruir bienes públicos”. El principal “bien público” destruido no son algunos vidrios sino la educación estatal. El responsable no es el estudiantado sino el gobierno.


En Francia y en Argentina, fuera los policías y los jueces de los colegios. Derecho irrestricto de los estudiantes a la organización y a la movilización. Defensa de la educación pública, atacada por los gobiernos capitalistas.