El 8 de diciembre, 300 obreros de las plantas de Renault de Cléon y de Sandouville ocuparon durante poco más de una hora el Consejo Regional de Alta Normandía. Reclamaban que el Consejo forzara a la empresa a pagar la totalidad de los salarios a los obreros suspendidos de esas plantas. Los delegados de CGT y de Force Ouvriere denunciaron que “el Consejo Regional vota regularmente subvenciones para Renault”. Lionel Lepage, delegado de la CGT le reclamó a los miembros del Consejo, que “hagan otra cosa que mantener los beneficios de los accionarios”.

La manifestación terminó con un intercambio de acusaciones entre los obreros, que reclamaban el pago de la totalidad de los salarios, y los miembros socialistas del Consejo, que defendían los subsidios entregados a Renault, por varios millones de euros, para el desarrollo de un nuevo motor en Cléon.

No son los únicos subsidios que reciben las terminales francesas. El gobierno nacional los subsidiará con 500 millones de euros; para recibirlos, las terminales deben comprometerse a no cerrar ninguna de las plantas actualmente en funcionamiento en Francia. Pero el acuerdo no dice nada de las suspensiones y los despidos. “No firmamos nada ni nos comprometimos a nada”, declaró un portavoz de la Renault (Le Monde, 6/12).

Renault anunció 4.000 despidos, de los cuales 1.200 serán en la planta de Sandouville (donde trabajan 3.700 obreros). Los obreros de Renault Sandouville vienen movilizándose sistemáticamente contra los despidos. Ya el 8 de noviembre, hace un mes, 3.000 trabajadores manifestaron en Havre, capital de Normandía, contra los despidos y suspensiones.