Internacionales
23/9/2004|869
Frente Amplio: Punto final para los militares
Para IU que lo mira por TV
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Durante más de veinte años, el régimen político uruguayo no pudo “cerrar" el reclamo democrático y popular del juicio y castigo a los genocidas de la dictadura militar, a pesar de acuerdos, leyes de amnistía y “olvidos". El Frente Amplio-Encuentro Progresista ha tomado a su cargo enterrarlo definitivamente en su próximo gobierno.
“La intención de (Tabaré) Vázquez informa Ultimas Notidas(15/9) es aplicar el artículo 4 de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (la versión uruguaya de la Ley del Punto Final argentina), para terminar a corto plazo con el tema de los desapareados, informar a los familiares y dar vuelta la página”. Es decir, terminar con los juicios e investigaciones y dejar intacto el aparato represivo.
Tabaré se lo comunicó a los miembros de la Legión Tenientes de Artigas, una agrupación militar a la que el diario La República (15/3/2003) definía no hace mucho como “sucedánea de la logia militar impulsora del quiebre institucional de 1973".
La respuesta de los militares (a Vázquez) continúa. Ultimas Noticias fue clara: los desaparecidos están muertos”. En este punto, por cierto, ya no había divergencias. En marzo del 2000, Tabaré y el presidente Jorge Batlle llegaron a un acuerdo para impulsar una ley que declarara muertos a los desaparecidos. En realidad, la izquierda era la verdadera impulsora del proyecto: “El tema lo planteó (Liber) Seregni (presidente del FA- EP)", quien “tras una larga etapa de silencio público (reclamó) una solución política al tema de los desaparecidos”. Para que no quedaran dudas acerca de sus intenciones, el recientemente fallecido Seregni “precisó con mucho énfasis que no se trata de buscar culpables” (Clarín, 29/3/2000).
La “coalición de izquierda" se coloca de este modo contra todos los principios jurídicos que dice defender y contra un reclamo histórico: el secuestro de personas es un crimen.
Sobre esta cuestión no hay divergencias en el Frente Amplio. Todos los integrantes del FA-EP participan activamente en la tarea; en la primera fila se encuentran los ex guerrilleros tupamaros. Dos de ellos, los senadores Fernández Huidobro y José Mujica, vienen manteniendo “conversaciones desde hace años” con los golpistas de la Legión de Tenientes de Artigas (Ultimas Noticias,15/9).
En una de estas ocaciones, se informa, “transmitieron a los militares que en un eventual gobierno de izquierda serán ‘los primeros en oponerse a que los miembros de la Fuerzas Armadas sean extraditados al exterior’ por hechos ocurridos durante la guerra que Uruguay vivió en los años "60 y 70" (ídem).
Con tan firmes “principios", no es de extrañar que uno de los senadores tupamaros, Fernández Huidobro, haya sido considerado para ocupar el cargo de ministro de Defensa. Este, sin embargo, “no desea ocupar el cargo (…) debido a que tendría que dar órdenes a quienes enfrentara en la guerra" (ídem). El defensor de la impunidad tiene la preocupación de no herir la sensibilidad de los genocidas.
En Uruguay nadie se considera sorprendido por la política amnistiadora que el FA declara públicamente que va a aplicar. Es que la desarrolló durante veinte años en la oposición. El FA-EP boicoteó el plebiscito contra la Ley de Caducidad, apoyó la “Comisión de la Paz" de Batlle y de una manera sistemática se opuso a todas las iniciativas de impulsar el juicio y castigo.
Todo esto es público y conocido. Izquierda Unida, de Argentina, que apoya al Frente Amplio y hasta lo presenta como su verdadero “modelo", no puede argumentar que ignora la política amnistiadora de sus congéneres uruguayos.