“Frente de Izquierda” en Europa

En su reciente visita a España, el dirigente de Syriza Alexis Tsipras propuso la formación de “un frente de izquierdas en los países del sur de Europa para las elecciones de Parlamento Europeo que se celebrarán en mayo del año próximo” (Publico.es, 30/5). El llamado tiene entre sus destinatarios a Izquierda Unida de España, el Frente de Izquierda de Francia, la alemana Die Linke y el Bloco de Esquerda portugués. La línea programática de tal frente sería poner fin a los planes austeridad en el marco de la Unión Europea. Este planteo se encuentra muy desarrollado en los círculos de la burguesía del viejo continente, a partir de la caracterización de que Europa sufre una espiral deflacionaria suicida, impuesta por Alemania, pero que podría llevar incluso a Alemania a una depresión. De este modo, el ascendente partido griego no hace más que expresar una de las tendencias del capital frente a la crisis. Un programa masivo de inversiones requeriría, sin embargo, la nacionalización de los bancos y la anulación de la deuda pública con los capitales financieros. En el marco actual, por otro lado, solamente podría ser el resultado de decisiones nacionales unilaterales, las que pondrían fin a la moneda común, el euro. La derrota de la ‘austeridad’ sólo la puede imponer una política anticapitalista y un gobierno de trabajadores. El planteo del jefe de Syriza es palabrerío.


Tsipras reiteró la propuesta de renegociar la deuda externa. Es curioso que insista en esto luego de la renegociación que se produjo de la deuda griega, con quitas importantes. Luego de esto, la deuda es del 175 por ciento del producto bruto de Grecia. La renegociación de la deuda pública significa el rescate de los bancos que la tienen en sus carteras. Con estos procedimientos, es imposible producir un viraje real del desastre social griego.


El llamado “a cambiar austeridad por crecimiento” es una reiteración de la vieja y trillada fórmula keynesiana. Lo que omite señalar es que el intervencionismo estatal está al servicio del rescate del capital y no de los explotados. No niega al mercado, sino que acude a su salvataje. El rescate de los pulpos automotrices norteamericanos realizado por Obama -que es tomado como modelo- se ha hecho sobre la base de congelar los salarios, reducirlos a la mitad para el nuevo personal y aumentar la flexibilidad laboral. El planteo keynesiano en favor del “crecimiento” viene unido al de la “competitividad”, un eufemismo para promover la superexplotación, las rebajas salariales y sacrificios sin precedentes de los trabajadores.


Syriza plantea que se replique el plan Marshall, lo que en la actualidad sería un llamado a que Alemania rescate al resto de Europa -el acreedor a los deudores. Alemania ha tirado algún lastre en este sentido, con el relajamiento de algunos planes -por ejemplo, en España. Pero en una escala importante significaría reclamar la colonización de Europa por Alemania. Tsipras, obviamente, toca de oído, pero es una expresión de su desesperación por encontrar una salida capitalista a la bancarrota. Una fracción del capital alemán ya se manifiesta por una ruptura de la UE, con la finalidad de capitalizar la crisis que esto produzca en sus socios occidentales. Europa central ya funciona como una sucursal de Alemania.


Tsipras reclama un frente de izquierda “como antesala de un amplio frente… para enfrentarse a las políticas (de austeridad) y aliarse con las fuerzas sociales existentes en la izquierda” (Nueva Tribuna.es, 31/5). Plantea que “el descenso electoral del Pasok en Grecia debe servir de advertencia” a la socialdemocracia, a la que llama a rectificarse. La preocupación del joven griego es alejar a Europa de la revolución social.