Internacionales
23/6/1993|394
Fuera los asesinos yankis y de la ONU
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Las tropas “humanitarias” norteamericanas y de la ONU se han librado a una terrible masacre del pueblo de Somalia.
Tropas de la ONU abrieron fuego en Mogadiscio contra una manifestación pacífica que reclamaba el retiro de las tropas extranjeras. El saldo de la represión fue de más de 50 muertos y centenares de heridos. Según Informan a la prensa, los tanques y helicópteros norteamericanos que patrullan la ciudad ignoraron los pedidos de ayuda de los heridos. Los que fueron recogidos fueron operados en hospitales militares… sin anestesia.
Pocas horas después, aviones artillados, helicópteros de combate y tanques atacaron el cuartel central del general Aidid, jefe de uno de los clanes somalíes. Según denunciaron miembros de organizaciones humanitarias, en el curso del ataque, en el que murieron más de 60 somalíes, fueron destruidos hospitales y dispensarios.
La escalada militar imperialista y la represión brutal a una manifestación pacífica han derrumbado la intervención de la ONU. Lo que se pretendió justificar como una intervención transitoria y “humanitaria” ha quedado desnudada como una brutal intromisión militar imperialista y una descarada opresión colonial.
La pantalla “humanitaria” se ha esfumado: “prácticamente no queda ninguno de los grupos de trabajo humanitario… los centros de comida están cerrados … 200.000 personas en la capital enfrentan nuevamente el espectro del hambre, mientras 15.000 toneladas de alimentos permanecen ociosas en el aeropuerto” (Financial Times, 12/ 6). La intervención imperialista ha agravado las condiciones de hambruna y de matanzas que, se dijo, pretendía resolver.
Según los voceros de la ONU, las masacres habrían sido una “represalia” por la emboscada que habrían sufrido soldados paquistaníes pocos días antes. Pero el propio “Financial Times” recoge la versión de que el ataque a las tropas paquistaníes bien pudo ser el resultado de “levantamientos espontáneos” contra las tropas que se habían “destacado” por su brutalidad contra la población civil somalí. La “brutalidad” de los paquistaníes revela el carácter no “humanitario” sino puramente represivo de la operación de la ONU: es que los paquistaníes fueron llevados a Somalia por la ONU, y destacados en las ciudades, con el mismo objetivo que los colonialistas británicos trajeron a los gurkas a las Malvinas, para aterrorizar al enemigo.
Sin que ningún “demócrata” haya abierto la boca para denunciarlo, las Naciones Unidas han desatado una nueva guerra colonial y han hecho desaparecer a un país formalmente independiente en beneficio directo de un puñado de pulpos petroleros. Fueron las grandes compañías petroleras norteamericanas (Conoco, Amoco, Chevron, Phillips), que recibieron en concesión las dos terceras partes del territorio somalí, las que impulsaron al gobierno norteamericano a lanzar la invasión, con el “humanitario” objetivo de proteger sus inversiones (Los Angeles Times, 18/1).
La intervención imperialista ha agravado todos los males de la terrible situación de los explotados somalíes, sumando la opresión colonial al hambre y las matanzas. ¡Fuera las tropas imperialistas de Somalia! Son los explotados de África los que deben decidir las soluciones a esta crisis sobre la base de la unidad contra el imperialismo y los explotadores locales.