Internacionales
10/8/1994|425
Fuera yankis y menemistas de Haití
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El menemismo está fingiendo una disposición a discutir el envío de tropas para invadir a Haití, en el Congreso, cuando en la realidad tres naves argentinas se encuentran participando ya en el bloqueo a ese país, conjuntamente con los “marines” norteamericanos. La posibilidad misma de que Argentina participe del operativo invasor ya fue excluida, no por el Congreso argentino o por el gobierno, sino por el Pentágono de los Estados Unidos, que no admite interferencias “operativas” en la invasión. El imperialismo requiere la presencia argentina, así como la de otros países, para la etapa siguiente a la ocupación militar de la isla, cuando sea necesaria una guardia internacional que custodie la reestructuración del Estado haitiano. En resumen, el gobierno no pretende que el Congreso discuta nada de lo que ya ha hecho sin consultarlo, ni tampoco pretende obtener el visto bueno para una acción que no pretende realizar. Su objetivo principal lo ha logrado en la Convención Constituyente que, al incorporar a la Constitución los Tratados Internacionales, otorga visto bueno constitucional a cualquier acción unilateral del gobierno que se fundamente en una resolución de las Naciones Unidas. La Constituyente reacccionaria le ha transferido a las instituciones trasnacionales imperialistas, la facultad constitucional de declarar la guerra y establecer la paz.
Como se explica en esta página, la invasión tiene la función política de salvar al cuerpo de oficiales del ejército haitiano y de reconstruir, sobre esta base, un aparato represivo autónomo de las cliques que amenazan con llevarlo a la disolución; como en Argentina, se pretende “profesionalizarlo” y entregar las funciones policiales a una institución específica. Esto desvirtúa que se trate de una “invasión democratica”, como si tal cosa pudiera existir de la mano del imperialismo.
Lo dicho desenmascara a los charlatanes que dicen oponerse a la invasión reclamando su discusión en el Congreso, y en especial a los del Frente Grande, que tuvieron la iniciativa de la incorporación de los Tratados Internacionales a la Constitución.
La única vía para impedir que Argentina haga de ladera del imperialismo yanqui en la violación de la soberanía nacional de un país sometido y de recurso último para salvar al militarismo haitiano, es mediante una movilización de masas.