Gigantesco endeudamiento estudiantil universitario

El conjunto del estudiantado universitario estadounidense ha experimentado niveles de endeudamientos enormes para costear sus estudios y en las últimas tres décadas el coste se ha disparado un 180%. Más de 45 millones de jóvenes se endeudan mediante programas públicos y privados de ayuda financiera en los cuatro años que conlleva realizar sus carreras. Al graduarse, terminan con deudas impagables


El conjunto del estudiantado universitario estadounidense ha experimentado niveles de endeudamientos enormes para costear sus estudios y en las últimas tres décadas el coste se ha disparado un 180%. Más de 45 millones de jóvenes se endeudan mediante programas públicos y privados de ayuda financiera en los cuatro años que conlleva realizar sus carreras. Al graduarse, terminan con deudas impagables.


 


Un estudio publicado por la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO), brazo investigativo del Congreso norteamericano, indica que unos 706.000 hogares en el país, encabezados por una persona mayor de 65 años, tiene deudas estudiantiles. Charles Jeszeck, director del GAO, puntualizó “que es muy probable que estos jubilados que ayudan a sus hijos, caigan en cesación de pago (debido) a las deudas contraídas, en donde se les descuenta dinero de sus pensiones u otros beneficios sociales para regularizarlas; los ingresos de esas personas estarían por debajo del límite de pobreza, lo que los obligaría a extender su vida laboral (y les impediría) un ascenso social, o sea que se mantienen en condición de parias” (Rebelión, 9/1). La insolvencia de los prestatarios, dado el volumen de préstamos de que hablamos, se transforma en un factor más de la crisis capitalista.


 


La crisis desatada con la quiebra de Lehman Brothers, en 2007, ha ido a la par de un ataque social a la clase trabajadora y a los hijos de ésta que, al recibirse, no logran cancelar sus préstamos y acuden a prácticas infrahumanas para pagarlos: vendiendo sus óvulos en algunos casos, o extrayendo y subastando su sangre, en otros. Las universidades más prestigiosas (Michigan, Harvard, Princeton, Berkeley, Penn State y Columbia) recaudan entre 200 mil y 300 mil millones de dólares anuales por matrículas, mientras que los estudiantes y sus familias financian esos gastos con préstamos por poco más de 100 mil millones. Una confiscación en término y la contracara de un negocio perfecto para el capital financiero especulativo.