Gran acto argentino-uruguayo frente a Botnia

Se concretó con éxito la manifestación en territorio uruguayo, frente al gigante finlandés, con la consigna “Fuera Botnia” escrita en un cartel del Partido de los Trabajadores del Uruguay. Las tropas de Tabaré requisaron carteles de tela, pancartas y megáfonos o parlantes, de manera que el acto debió hacerse a voz en cuello, al aire libre, ante mil personas.


La hipótesis de enfrentamientos entre fraybentinos y entrerrianos fue agitada profusamente en las dos orillas para vaciar la movilización argentina y también amedrentar a los uruguayos. El triple control de vehículos y las requisas lograron retrasar la movilización de las 10 de la mañana a las 3 de la tarde. La delegación del Partido Obrero, que me tocó integrar, demoró cuatro horas y cuarenta minutos en cruzar la frontera, destino que compartimos con innumerables asambleístas, incluidos algunos de sus coordinadores.


Pero los mil manifestantes que llegamos, junto al puñado de uruguayos de la Asamblea Ambiental de Fray Bentos que encabeza Delia Villalba, y del Partido de los Trabajadores, protagonizamos una de las acciones más combativas y políticamente más avanzadas de toda la vasta lucha del pueblo de Gualeguaychú contra las pasteras.


En primer lugar, se trató de un acto desprovisto de cualquier chovinismo, como el que sí agita el gobierno frenteamplista. Se cantaron los dos himnos, se leyó un documento argentino y uno uruguayo, ambos reclamando que se vaya Botnia.


Desde luego, el documento de los asambleístas entrerrianos repudió el emplazamiento de tropas por parte de Tabaré y la inauguración reciente de un puerto exclusivo para la pastera, y denunció que Botnia, sin funcionar todavía, ya enferma y contamina. Al mismo tiempo responsabilizó al gobierno de Kirchner por cuatro años de entreguismo, especialmente cuando Botnia no era más que un proyecto y desoyó los reclamos de los ambientalistas.


La asamblea rechaza la mediación de la corona española, a cuyo propósito es formar una comisión conjunta para “monitorear” la contaminación con el hecho consumado.


Los asambleístas han extendido los cortes a todos los pasos fronterizos en innumerables oportunidades, cortaron varias veces la ruta 14 del Mercosur, hicieron un piquete acuático cuando Tabaré inauguró el puerto privado para Botnia, en las barbas de la prefectura uruguaya, y ahora pasaron la frontera e hicieron un acto bi-nacional frente al pulpo finlandés.


Los asambleístas denunciaron también los despidos en la construcción en Fray Bentos y los exiguos puestos de trabajo que generará Botnia, no más de 300, ínfimos en relación a la devastación turística de la localidad. Denunciaron también la desertificación que producen las plantaciones y la expulsión campesina que ha producido la concentración de la propiedad del suelo.


El Partido Obrero desplegó su pancarta a pesar de los controles y el único candidato a presidente presente (de los doce que hay), fue tratado como tal, con gran cariño y reconocimiento hacia toda la delegación. El PO se ha ganado este respeto con las acciones del Polo Obrero en Buenos Aires, con la presencia de la juventud de la Fuba, a través de organizaciones sindicales que se movieron impulsadas por nosotros, y de la lucha política librada a favor de que se vaya Botnia del río Uruguay.


La delegación del PT que llegó desde Montevideo tuvo una trascendencia enorme. Salvo Delia Villalba de Fray Bentos, no llegó hasta Botnia ningún movimiento ambientalista uruguayo. No llegó la izquierda del Frente Amplio ni la otra izquierda que está afuera del gobierno. Solamente llegó el PT, integrante de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional, contra la enorme presión chovinista del gobierno frenteamplista, de los medios, de la burocracia del PIT-CNT y de toda la reacción política, para desarrollar un mensaje antiimperialista e internacionalista hacia la clase obrera y los explotados de Uruguay.


La apelación a los tribunales de La Haya y más tarde al Banco Mundial, así como la mediación de la corona española han desembocado en una frustración completa.


El valiente accionar de los asambleístas es una contribución decisiva para la lucha contra la depredación de los monopolios a ambas márgenes del río Uruguay, o sea los que están en Argentina.


Desde las puertas de Botnia, el Partido Obrero fijó posición por la extensión nacional y la unificación de toda la lucha ambiental a lo largo del país. Será esa masividad y la unidad con la clase obrera, víctima de la explotación y la insalubridad, la que llevará la gran lucha de Gualeguaychú a la victoria final.