El Frente de Izquierda – Unidad se movilizó este martes 24 en el barrio porteño de Retiro, en el marco de la cumbre de presidentes de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Frente al Hotel Sheraton, donde se desarrolla el cónclave, hubo expresiones de solidaridad con la lucha antigolpista del pueblo peruano y un repudio a la presencia en Buenos Aires de la canciller del país andino, Ana María Gervasi. En la convocatoria participaron organizaciones de la comunidad peruana, paraguaya y haitiana.

Néstor Pitrola, dirigente del Partido Obrero, planteó que “esta reunión tiene un contenido estratégico que venimos a denunciar. Han venido a disimular que el hecho dominante de la situación en Latinoamérica es el golpe en Perú. Por los 60 muertos, por la intervención de las Fuerzas Armadas, por el involucramiento norteamericano”.

Cuestionó el reconocimiento del gobierno de Dina Boluarte por parte de los gobiernos latinoamericanos. Asimismo, indicó que “no se combaten los golpes aliándose a la derecha, como hizo Lula. No se combate desmovilizando como hace el PT de Lula frente a los bolsonaristas”. En contraste, sostuvo que “lo que ha venido a quebrar esa política es la rebelión popular en el Perú, que ha venido a demostrar también que el ciclo de rebeliones populares que abrió Chile [en 2019] no se ha cerrado y está vigente”.

Defendió los métodos de la clase trabajadora (la huelga general, la rebelión) para enfrentar la agenda del FMI y el golpismo. Y reivindicó el planteo de la expulsión del imperialismo y la unidad socialista de América Latina,

Roxana Ruedas, de la Agrupación de Trabajadores Peruanos en Argentina (Atraper), exigió el cese de la represión, la salida del gobierno de Boluarte y la convocatoria a una asamblea constituyente libre y soberana.

“La conferencia de la Celac le ha dado la espalda al pueblo peruano. Se les cae la careta a los gobiernos ‘progresistas’. Alberto Fernández habló contra la derecha fascista en general pero no mencionó a los golpistas peruanos”, criticó Christian Castillo, del PTS. Subrayó la profundidad de la rebelión peruana y también cuestionó las declaraciones de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, quien ventiló su interés por los recursos naturales de la región.

“Estamos junto a la heroica lucha del pueblo peruano, diciendo: Fuera Dina y su gobierno, basta de represión, abajo el estado de emergencia, castigo a los culpables de las masacres que ya han llevado a la muerte de más de 60 personas en Perú”, señaló Pablo Almeyda, de Izquierda Socialista. También planteó que se vaya el Congreso corrupto y la convocatoria de una asamblea constituyente libre y soberana.

Celeste Fierro, del MST, dijo que “la movilización no frena y sigue creciendo”, a pesar de la represión y el paso de las semanas. “Es central que el FIT-U siga convocando este tipo de acciones”, apuntó. Y criticó a “los gobiernos mal llamados progresistas” que no responden a los intereses populares y terminan abriendo paso a la derecha.

Raisa, de Peruanos Autoconvocados, denunció que “el gobierno de Boluarte lleva más muertos que días de gobierno”, en referencia a las 62 víctimas fatales, cientos de heridos y detenidos que se produjeron en sus 45 días de mandato. También cuestionó el desalojo de la Universidad San Marcos, en Lima, donde los estudiantes abrieron solidariamente las puertas de la casa de estudios para albergar a los campesinos que llegaron a Lima desde el interior del país para enfrentar a la dictadura.

Miriam Villalba tomó la palabra para denunciar la presencia del presidente paraguayo Mario Abdo Benítez. El 2 de septiembre de 2020, dos niñas (una de ellas era su hija Lilian) fueron ejecutadas en una operación de la Fuerza de Tarea Conjunta, un operativo criminal que fue reivindicado por el jefe de Estado. Tras los hechos, presentados como una acción exitosa contra la guerrilla del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo), se montó un operativo de encubrimiento para simular un enfrentamiento. “En vez de dar trabajo, lo que nos mandan es plomo y causas armadas”, asestó Villalba.

Y también habló un compañero de la comunidad haitiana. El primer ministro Ariel Henry, presente en la cumbre de la Celac, solicitó el año pasado una nueva misión militar extranjera en el país antillano, con el argumento de enfrentar la inseguridad y las bandas delictivas. El compañero de la colectividad haitiana denunció la ilegitimidad del gobierno de Henry y las numerosas ocupaciones del imperialismo en Haití a lo largo del siglo XX y XXI.

Además de las organizaciones del FIT-U y los colectivos latinoamericanos, dirigieron la palabra miembros del MAS, Marabunta, el PSTU, Opinión Socialista, Resistencia Socialista y Democracia Obrera.

El acto finalizó con un homenaje a los caídos en la represión.

 

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