Grecia en rebelión

Atenas y toda Grecia están en llamas desde la noche del último sábado. El cobarde asesinato de un chico de 15 años por un miembro de la Guardia Especial de la Policía en Atenas, el sábado 6 de diciembre, fue la causa inmediata de una rebelión popular, particularmente de la juventud, que se extendió a todo el país. Es, sin lugar a dudas, la mayor rebelión desde los tiempos de la guerra civil en la década del ’40 y del levantamiento de la Escuela Politécnica en 1973 contra la dictadura militar.

Inmediatamente después de las noticias de la muerte del chico, el área cercana al asesinato  (cerca de la Universidad Politécnica de Atenas) se llenó de gente, particularmente jóvenes. Comenzaron los choques con la policía antimotines y se levantaron barricadas en las calles. La Universidad Politécnica fue ocupada y se lanzó un llamado a manifestarse al día siguiente. Movilizaciones similares se produjeron esa misma noche en Salónica, Ioanina, Creta, Patras y otras ciudades griegas.

El domingo 7, al menos 20.000 personas participaron en una masiva marcha al Departamento Central de Policía en Atenas, que rápidamente tomó la dimensión de un motín de masas, que continuó durante toda la noche.

El lunes 8, desde las primeras horas de la mañana, decenas de miles de muy jóvenes estudiantes secundarios, de 15 años o menos, marcharon por Atenas y ocuparon el frente del Departamento Central de Policía. Los jóvenes atacaron u ocuparon comisarías o consejos municipales en todo el país, desde Corfú a Rodas, de Evros en el norte a Creta en el sur.

En las primeras horas de la tarde, una manifestación de masas en Atenas, que duplicaba la del día anterior, se transformó en un choque generalizado con la policía en toda la capital. La Facultad de Derecho de la Universidad de Atenas, la Universidad de Economía de Atenas y la Politécnica fueron ocupadas; asambleas generales están discutiendo y decidiendo el curso de acción.

El lunes 8 se anunció (y luego fue desmentido) que el primer ministro derechista Kostas Karamanlis se reuniría con el presidente de la República y con los líderes de otros partidos parlamentarios para explicar la necesidad de declarar al país bajo estado de emergencia (estado de sitio).

Los medios de prensa intentan cultivar la histeria entre la clase media contra los “hooligans sociales” que “explotan la desafortunada muerte del joven” y “destruyen la propiedad privada e incendian los bancos”. La ex ministra de Educación Marietta Yannakou, que renunció como consecuencia del masivo movimiento estudiantil de 2006/2007, acusó a los “trotskistas de mediana edad (¡!) y anarquistas que encabezan los motines por medio de la Facultad de Derecho en Atenas”.

"LaLa rebelión, por supuesto, no es manipulada por nadie. Pone de manifiesto la explosiva situación producida por la crisis capitalista mundial. La rebelión es expresión de una cólera de masas acumulada en el último período, cuando la joven generación vive sin futuro, en un presente de miseria bajo las peores condiciones de flexibilidad laboral, desempleo y continuo hostigamiento policial. Miles de chicas y chicos se identificaron con la víctima inocente, el joven Alexis Grigoropoulos, y su trágico final. A veces, la explosión de su bronca toma la forma de violencia ciega, como en la rebelión de 2006 en los suburbios de París – y esta es la razón por la cual muchos representantes de la clase dominante reclaman un “Sarkozy griego”. Pero tanto en París como en Atenas, las causas reales son profundamente sociales, en realidad cuestiones de clase.

La oposición oficial, el seudo socialista Pasok, condena los motines, y sus miembros en la dirección de la Confederación General del Trabajo (GSEE, su la sigla en griego) votaron junto con la derecha cancelar la marcha convocada en Atenas para el miércoles 10, cuando está prevista una huelga general de 24 horas.

La izquierda oficial tiene una posición ambigua. Los primeros días, el KKE (stalinista) no hizo prácticamente nada, excepto enviar una delegación a discutir con la jefatura de la Policía; es decir, con los asesinos. No tomó parte en las manifestaciones comunes, organizando por separado las suyas propias y defendiendo “la paz social frente a los anarquistas y ultraizquierdistas”. El reformista Synaspismos (ex eurocomunistas) intentó jugar el papel de “mediador” entre el movimiento de masas y el Estado.

La izquierda – principalmente las fuerzas de sus dos frentes, el Mera (Frente de la Izquierda Radical, en el que participa nuestro partido, el EEK) y Enantia (Izquierda Unida Anticapitalista), algunos maoístas y el Movimiento Antiautoritario (anarquistas)-  coordinó sus acciones. Redactamos en común un llamamiento por una lucha continua y por la huelga general para derrocar al gobierno de los asesinos y poner fin a las políticas capitalistas, que intentan hacer que los explotados paguen la crisis del sistema.

El día 4 de la rebelión

El martes 9, a las 15 horas, se realizó en Palaion Faliron, el cementerio de un suburbio de Atenas, el funeral del infortunado joven Alexis Grigoropoulos. Miles de personas, jóvenes y viejos, participaron en el funeral, levantando el puño izquierdo en un saludo revolucionario. Al finalizar el funeral, la policía antimotines atacó a la multitud utilizando nuevamente armas, disparando al menos 15 balas, aparentemente al aire, para dispersar a los manifestantes.

Luego del funeral, miles de estudiantes secundarios, universitarios, maestros y profesores manifestaron en Atenas y hubo violentos choques en Plaza Syntagma, frente al parlamento, en los cuales la policía atacó salvajemente a chicos y chicas de 13/14 años.

A la misma hora del funeral, se realizaron marchas de protesta en las principales ciudades de Grecia, que terminaron invariablemente en choques violentos con las fuerzas de represión del Estado. En Patras, la ciudad con la bahía que conecta a Grecia con Italia y Europa occidental, detrás de la policía estaban las fuerzas del grupo paramilitar fascista Amanecer Dorado y matones de la organización juvenil de Nueva Democracia (que asesinaron en 1991 al maestro izquierdista Temboneras). Hubo importantes choques también en Salónica, Volos y Creta. En muchas ocasiones, secundarios muy jóvenes atacaron las comisarías de policía de sus respectivas localidades.

El primer ministro Kostas Karamanlis se reunió con el presidente de la República, los líderes de los partidos de oposición en el parlamento y el presidente del Congreso. Aunque no logró recibir su directo respaldo para la declaración del estado de sitio, el gobierno se mueve en esa dirección, es decir a declarar el “estado de excepción” usando el artículo 11 de la Constitución para prohibir las manifestaciones y ocupaciones. La campaña histérica de los medios de la burguesía contra los “hooligans” es parte de esas preparaciones.

El miércoles 10 es el día de la hace tiempo anunciada huelga general de 24 horas contra el presupuesto del gobierno. En colaboración con la derecha, la dirección de la GSEE (que está ligada al Pasok) canceló la manifestación frente a su sede central y la marcha posterior. En su lugar, realizará un acto “en memoria de la democracia” en Plaza Syntagma.

La dirección del Pasok de George Papandreou se limita a criticar verbalmente que “el gobierno no usa efectivamente a la policía para proteger la paz social, la propiedad de los ciudadanos y los edificios públicos…”.

La dirección del KKE (stalinista) va todavía más lejos hacia la derecha, denunciando junto con el gobierno y la extrema derecha a… Synaspismos (ex eurocomunistas) como “protectores de los ‘hooligans’ y provocadores”. ¡La secretaria general del KKE, Aleca Papariga, calificó a los jóvenes manifestantes de “talibanes”, creados por los servicios de inteligencia del Estado bajo los gobiernos del Pasok y Nueva Democracia y ahora fuera de su control! Recibió un elogio entusiasta del gobierno derechista y hasta del fascista y antisemita dirigente de la extrema derecha.

El KKE organiza sus propios actos por separado, en otros lugares y a otras horas, respetando absolutamente la paz social que el gobierno de asesinos de jóvenes quiere imponer.

Synapismos, junto con sus aliados de la “Alianza de la izquierda radical” (Syriza), que no tiene representación parlamentaria, propugna una “reorganización democrática de la policía” y medidas económicas tibiamente reformistas, para elevar las condiciones de vida de la joven generación con un presente miserable y sin futuro. Estando bajo la constante presión de la derecha, Synapismos canceló su previa decisión de realizar un acto frente a la sede del GSEE y participar en una marcha de los huelguistas. Realizará un acto en las cercanías de la Plaza Syntagma.

Por lo tanto, la única marcha que habrá en Atenas el día de la huelga general será la organizada por un conjunto de organizaciones de izquierda, entre ellas el EEK, la cual irá de la Universidad Politécnica al Parlamento. La situación, lógicamente, es precaria, abierta a todos los peligros de un ataque policial, pero no podemos ceder frente al terrorismo de Estado y las cobardes presiones de reformistas y stalinistas.

El EEK interviene en todas las principales ciudades del país, luchando por transformar la huelga en una huelga general indefinida sobre la base de un programa de reivindicaciones transicionales, por una salida obrera y socialista a la crisis, contra el criminal Estado capitalista y sus gobiernos, por el gobierno de los trabajadores.

¡Venceremos!

9 de diciembre de 2008