Grecia: los trabajadores de la salud en pie de lucha

Movilizaciones y protestas en 28 hospitales

El martes 7 los trabajadores de la salud de Grecia, bajo una medida impulsada por la Federación de Asociaciones de Médicos, realizaron una jornada de protestas y movilizaciones que tuvo un importante acatamiento en 28 hospitales de numerosas ciudades del país como Atenas, Tesalónica, Alejandrópolis entre otras. La policía intentó reprimir las protestas, por ejemplo en el hospital central Evangelismos en Atenas, pero los trabajadores lograron resistir. Estas medidas de lucha se llevaron a cabo contra las políticas del gobierno consideradas completamente insuficientes para afrontar la crisis. Las principales exigencias son un aumento presupuestario para el sistema público de salud, la contratación de más personal, más equipamiento, el testeo masivo de la población y el respeto por las condiciones laborales de quienes están en la primera línea en la batalla contra el virus.


El gobierno del primer ministro Mitsotakis, del partido derechista Nueva Democracia, ha anunciado un refuerzo irrisorio de 30 millones de euros para asistir a los hospitales (France 24, 8/4) y la contratación de 2.000 médicos.


Las condiciones de trabajo en los hospitales son dramáticas, los profesionales denuncian la imposibilidad de ir al baño durante su turno laboral ya que la escasez de elementos y vestimentas descartables hace que sólo haya una muda disponible para cada jornada de trabajo, en el mismo sentido señalan la falta de personal. La escasez de los más elementales insumos como termómetros o guantes es alarmante. Los trabajadores reclaman que es necesario sumar 30.000 profesionales y técnicos al sistema de salud para poder enfrentar esta crisis. Voceros de la lucha indicaron la necesidad de que se requisen los respiradores y equipos del sector privado que estén disponibles, así como finalizar todo subsidio a los empresarios del sector (ídem).


El marco de esta jornada de lucha es el de una crisis social aguda con un desempleo en febrero del 16,4% que se espera aumente con el efecto de la cuarentena. Solo en la primera quincena de marzo hubieron 45.000 despidos (La Vanguardia, 9/4).


Con casi 1800 infectados y 81 decesos, Grecia, un país de 10 millones de habitantes, no escapa a la crisis global por la pandemia de coronavirus. La crisis sanitaria impacta en un país que lleva más de una década de planes económicos de ‘austeridad’ orquestados con la finalidad (no alcanzada) de que el ajuste sobre las masas sirva para rescatar al capital quebrado desde el estallido de la crisis mundial en 2008. Los ajustes sistemáticos ordenados por el FMI y la Unión Europea arrasaron con el sistema de salud y las condiciones de vida del pueblo griego. Esta política no fue alterada sino desarrollada por las distintas formaciones políticas que gobernaron en este periodo, desde el Pasok (Partido Socialista) y la izquierda ‘radical’ de Syriza hasta el actual gobierno derechista de Nueva Democracia.


Los trabajadores griegos vienen de un paro general en febrero contra una reforma previsional en la que quiere avanzar el gobierno. Previamente, habían ido a la lucha contra un proyecto de ley que restringe el derecho de huelga y busca dar primacía a los acuerdos por empresa por sobre los convenios colectivos.


Como en muchos países del mundo, los trabajadores griegos y en particular los del sector de la salud se están poniendo de pie. Cabe señalar que las enfermeras norteamericanas han llevado a cabo jornadas de lucha para visibilizar el estado de crisis en el sector. En el Reino Unido, donde varios trabajadores de la sanidad han muerto debido a la desidia del gobierno de Boris Johnson, se han producido protestas en varios nosocomios que arrancaron la entrega de equipos de protección. Asimismo, en el sector fabril se han dado grandes batallas para lograr el cierre de los lugares de trabajo durante la cuarentena, como es el caso de los trabajadores de las automotrices en Detroit, Estados Unidos, o de los metalúrgicos en el ABC de San Pablo, Brasil.


La intervención obrera es la clave para que no seamos los trabajadores los que paguemos esta crisis con nuestra salud y nuestras condiciones de vida.