Internacionales
23/5/2013|1269
Guantánamo: está en juego la vida de decenas de presos
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Al salir este periódico se habrán cumplido casi 120 días de huelga de hambre de los presos de Guantánamo. Iniciada por un puñado de presos, suma ya, según reconocen fuentes oficiales de los Estados Unidos, a 102 de los 166 presos alojados en la base norteamericana de la isla cubana.
La inmensa mayoría de los huelguistas, arrancados de sus países de origen bajo procedimientos clandestinos e irregulares por la CIA, nunca han sido acusados, procesados o condenados por nada. Ochenta y seis presos tienen autorización para salir en libertad, pero una mayoría de congresales ha frenado la ejecución de esa disposición de la Justicia. Presos casi una decena de años en su mayoría, son en la actualidad un despojo de huesos. Mediante tubos son obligados a alimentarse y a sobrevivir. Las promesas de Obama de cerrar Guantánamo no sólo no se han cumplido. Bajo su mandato murieron en esa prisión más presos que bajo el mandato de Bush, en total nueve, el último el año pasado. En el propio Congreso yanqui se ha denunciado que un preso de Guantánamo cuesta 800 mil dólares al año, mientras cualquiera de una prisión de máxima seguridad de los Estados Unidos cuesta 34.600.
Los presos de Guantánamo reclaman ser tratados, como mínimo, como ciudadanos de los Estados Unidos y gozar de los mismos derechos a la defensa que ellos, pero se los mantiene fuera de cualquier orden legal. En los propios Estados Unidos ha comenzado una vasta movilización por el cierre inmediato de Guantánamo y la libertad de todos sus presos. Al cumplirse 100 días de la huelga de hambre organizaciones pacifistas se dieron cita frente a la Casa Blanca, y hasta Lawrence Wikerson, ex jefe de personal bajo el secretario de Estado Colin Powel, declaró: "Si Obama tuvo derecho de declarar la intervención a Libia, puede cerrar Guantánamo mañana si quiere". Días antes se había lanzado una campaña de firmas en los Estados Unidos con este objetivo. El día de la movilización había más de 370 mil.
Se requiere una enérgica campaña internacional para liberar a los presos de Guantánamo y acabar con la usurpación -más que centenaria- de la bahía caribeña, el peor campo de concentración del presente a escala mundial.