Gustavo Páez

 Dirigente del PT de Uruguay

Gustavo Paez


Con un gran dolor tengo que escribir esta noche una nota sobre la muerte de un gran luchador de la clase obrera. En un accidente, cuando iba a trabajar, murió Gustavo Páez, uno de los principales dirigentes del PT uruguayo.

Gustavo fue el principal dirigente de la histórica huelga de 1993 del Sunca (Sindicato Unico de la Construcción), el principal sindicato de la construcción del Uruguay. Fue un dirigente desde las bases de un gremio controlado desde siempre por el Partido Comunista. Sus mociones durante la huelga derrotaron en asambleas generales a las de los jerarcas del PC, que pretendían levantarla para salir al rescate de la política del Frente Amplio.

La huelga lo trasformó en un referente central de esa gran lucha que se salió del molde de los paros domingueros del PC y que se hizo activa cuando se introdujo la modalidad de “fogones” permanentes donde se realizaban asambleas y se organizaban los piquetes a las obras y la agitación por la huelga. Los “fogoneros del Sunca” fueron una parte esencial de una de las más grandes huelgas uruguayas, que lo tuvo a Gustavo como uno de sus principales protagonistas clasistas.
Finalizada la huelga, Gustavo sufrió el inmenso revanchismo patronal que le vedó la entrada en las grandes obras con la complicidad de la dirección de su gremio, a él y a toda una enorme agrupación clasista llamada “Lucha Obrera”, que se construyó al calor de la gran huelga.

Años más tarde, Gustavo fue el fundador de la UTD y principal dirigente de los desocupados uruguayos, que organizaron medio centenar de ollas populares en Montevideo reclamando trabajo y terrenos para viviendas populares. Gustavo, junto a miles de trabajadores uruguayos, fue expulsado de Montevideo por los brutales impuestos aplicados por el Frente Amplio, que arrojó al departamento vecino de Canelones centenares de asentamientos.

Un revolucionario


Los que provenimos del movimiento obrero somos los más concientes de los límites que se nos presentan cuando tratamos de elevarnos de nuestra condición de dirigentes sindicales a dirigentes políticos. Gustavo fue uno de los que superó la más difícil de las pruebas, la de dirigir una organización revolucionaria.

En el apogeo del FA, cuando el pequeño PT uruguayo sufría uno de sus más duros aislamientos, que lo hicieron atravesar una amenaza de división y de ruptura, Gustavo asumió la dirección del PT y de su periódico y llevó adelante con éxito la tarea hasta que se reunificó nuevamente la dirección histórica desplazada ante la crisis.

Esa acción y la posterior reunificación tejieron lazos de inmensa profundidad entre los compañeros del PT. La muerte de Gustavo representa una enorme pérdida, pero dará a todos los cuadros del PT la fortaleza de seguir construyendo una organización revolucionaria en el Uruguay.

Mi enorme abrazo a su compañera de vida, de partido y de lucha, y todo nuestro apoyo y toda nuestra solidaridad con los compañeros de PT.

Juan Ferro